━━━ Chapter 012

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(POV Violet)

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Compartir una cena en una cita puede ser una experiencia profundamente íntima, un momento en el que cada pequeño detalle cuenta. La forma en que la otra persona interactúa con el entorno, el modo en que se dirige a los meseros o cómo maneja los cubiertos, revela mucho más de lo que se podría suponer. No es solo la conversación lo que se vuelve especial; el simple acto de comer juntos, en ese espacio compartido, invita a la complicidad. Las charlas se hacen más fluidas, más sinceras, creando un ambiente donde los gestos y las miradas dicen tanto como las frases que se intercambian. Entre bocado y bocado, se descubren las sutilezas de una conexión que, de manera inesperada, puede comenzar a florecer.

Mientras compartimos nuestros pensamientos, la conversación tomó un giro más íntimo. Fezco empezó a hablarme de su vida, algo que hasta ese momento no había hecho con tanta apertura. Sus palabras eran pausadas, como si cada frase fuera algo pesado, algo que había llevado dentro por mucho tiempo.

—Ash y yo... —comenzó, sus dedos jugueteando con la orilla de su taza—. Bueno, él era solo un bebé cuando tuve que hacerme cargo de él. Las cosas no fueron fáciles, ya sabes. Nuestros padres nunca estuvieron realmente presentes. Así que me tocó ser más que un hermano para él... como un padre. Y aunque no me arrepiento, hay días en los que me pregunto si hice todo bien.

Lo miré, sintiendo cómo mi corazón se apretaba un poco por la seriedad en su voz. No había en él ninguna autocompasión, solo una tranquila aceptación de lo que había sido su vida hasta ahora. Le di un pequeño apretón a su mano, que se había deslizado hasta la mía sin darme cuenta.

—Eso suena... intenso, Fez. —Mi voz salió más suave de lo que esperaba, pero no podía evitar sentir empatía por él.

Fezco se recostó un poco en la silla, su expresión se oscureció momentáneamente mientras me observaba. Su mirada estaba fija en algún punto lejano, como si de repente estuviera reviviendo momentos que preferiría olvidar.

—Mi abuela fue quien nos cuidó —empezó, su voz más baja, casi en un susurro—. Ella lo fue todo para nosotros, la única persona que se preocupó cuando nuestros viejos se desentendieron. Pero con el tiempo, las cosas cambiaron. Ya sabes, la salud... los años pasan factura. —Hizo una pausa, como si aún le costara procesar lo que estaba diciendo—. Así que tuve que tomar las riendas. No solo en casa, sino también en... el negocio.

Noté cómo se tensaba un poco al mencionar "el negocio". Había escuchado rumores sobre lo que Fezco hacía para ganarse la vida, pero nunca habíamos hablado de ello tan abiertamente. Ahora, parecía estar dejándome entrar en una parte más oscura de su mundo.

; Sweet | FezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora