━━━ Chapter 024

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(POV Violet)

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En una relación, la manera en que nos percibimos a nosotros mismos y cómo deseamos ser vistos por el otro influye de manera más profunda de lo que a menudo reconocemos. Las inseguridades sobre el cuerpo no solo reflejan dudas internas, sino que también revelan un anhelo silencioso de validación, un deseo de sentirse aceptado y deseado por la persona amada. Este juego sutil entre la autoimagen y la necesidad de aprobación puede crear una dinámica emocional compleja, donde cada mirada, gesto o palabra de la pareja puede influir directamente en cómo uno se siente consigo mismo.

Los primeros rayos de sol se colaban entre las cortinas, suavemente iluminando la habitación. Fezco estaba a mi lado, con su brazo pesado y cálido descansando sobre mi cintura, pero su mano había encontrado su camino bajo mi ropa, acariciando con delicadeza mi piel. Me desperté sintiendo sus dedos sobre el hueso de mi cadera, y cuando su mano subió lo suficiente, una brisa ligera me acarició el pecho, aunque se detuvo justo antes de llegar más arriba.

—Buenos días, ma' —murmuró Fezco, con su voz ronca y aún adormilada, mientras sus ojos apenas se abrían.

Sonreí, disfrutando del momento y del calor de su cuerpo junto al mío. —Buenos días... ¿Dormiste bien?

—Mejor que nunca —dijo, y con un gesto tierno, me plantó un beso en la frente.

Nos quedamos así, envueltos en el silencio cómplice de la mañana, con Fezco dándome pequeños besos en la mejilla mientras sus dedos jugueteaban con mi cabello. Finalmente, me estiré perezosamente.

—Voy a darme una ducha —murmuré.

—Mhm... —gruñó él, cerrando los ojos otra vez, pero con una sonrisita en los labios.

Salí de la cama y me dirigí al baño. Tras unos minutos, ya envuelta en mi bata, volví al cuarto y vi a Fezco aún en la cama, sus ojos siguiéndome con un brillo pícaro.

—Terminé, si quieres puedes ducharte ahora —le dije.

—¿De verdad? O mejor me hago el dormido otra vez para verte ponerte el pijama como ayer —respondió, con una sonrisa atrevida.

Lo miré entre risas, mis mejillas un poco sonrojadas. —Ve a ducharte, Fez, vamos —dije mientras le ofrecía la mano para levantarlo.

Pero Fezco fue más rápido, se aferró a la bata justo cuando me incliné hacia él. —Cuidado, Vi... ya vi que no llevas nada debajo.

Me detuve, sorprendida, y sentí el calor subiendo a mi rostro. —¡Fezco! —dije, nerviosa pero divertida.

Él solo sonrió, tocando suavemente mi cabeza y luego deslizando su mano hacia mi nuca, tirando de mí hacia él para besarme en la nariz. —Gracias por el espectáculo, ma' —dijo con esa voz ronca que sabía que me desarmaba.

; Sweet | FezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora