Entrar en una relación sin haber superado a una expareja es como llevar una sombra constante que va minando tu estabilidad emocional. Los recuerdos y expectativas no resueltas pueden convertirte en tu propio peor enemigo, llevando a comparaciones que terminan por crear una presión injusta sobre la relación actual. Esto te lleva a querer cambiar aspectos de tu pareja o de la relación, buscando recrear algo que, en realidad, solo existe en tu mente. Si, además, eres alguien con tendencia a controlar como Nate, esta dinámica puede ser aún más destructiva, ya que la frustración por no alcanzar esa idealización te hará sentir insatisfecho constantemente. La solución no está en moldear a alguien más, sino en reconocer y dejar ir lo que ya fue, para que puedas construir una relación auténtica y basada en el presente.
Ya en la cafetería, Violet buscó con la mirada a Matt y lo encontró de pie, con los brazos cruzados, mirando su reloj con impaciencia. Al verla, se levantó rápidamente y la saludó con una sonrisa algo tensa. Se sentaron juntos y hablaron brevemente, aunque se podía sentir que Matt aún estaba algo preocupado. Su manera de abrazarla por los hombros mientras se mantenía cerca era su forma de calmarse.
De repente, el bullicio de la cafetería fue interrumpido por la potente voz del entrenador, quien se paró en medio del lugar con una energía desbordante. Todos los murmullos y risas se detuvieron.
—¿Están emocionados? —preguntó el entrenador, alzando una ceja como si estuviera retando a todos.
—¡Sí! —gritaron en coro los estudiantes, llenando la sala con su entusiasmo.
—¿Vamos a ganar? —rugió, con una sonrisa confiada en el rostro.
—¡Sí! —gritaron con más fuerza aún, creando una ola de energía que se sintió como una descarga eléctrica en la habitación.
—¡Un aplauso para los Blackhawks de East Highland! —gritó el entrenador, señalando hacia la entrada de la cafetería.
En ese momento, los jugadores del equipo de fútbol americano hicieron su entrada triunfal, corriendo y gritando mientras hacían ruido con los pies. La cafetería estalló en aplausos y vítores. Poco después, las porristas comenzaron a bajar las escaleras, con su energía vibrante y sonrisas radiantes, encabezadas por Maddy.
Violet estaba sentada con Matt, quien la abrazaba por los hombros, como si no quisiera que se alejara. Desde su mesa, podía ver a Jules y Rue riendo juntas en una esquina. La atmósfera de celebración llenaba el lugar, pero algo en el aire se sentía tenso.
Nate, quien estaba de pie no muy lejos de ellos, lanzó una mirada a Violet y sonrió ligeramente, como si quisiera transmitir algo, pero rápidamente Violet desvió la vista. No quería darle demasiada importancia. Sus ojos se dirigieron hacia Maddy, quien en ese momento comenzaba a bailar con las demás porristas, Nate, con su expresión habitual, mantenía una cara neutra, aunque dio un aplauso breve y casi mecánico.
