━━━ Chapter 022

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(POV Violet)

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La tensión, ese delicado hilo que se teje entre dos almas, puede ser una de las fuerzas más poderosas y a la vez más enigmáticas en las relaciones humanas. Se manifiesta en miradas furtivas, sonrisas cargadas de significado y palabras que, aunque pueden parecer ligeras, llevan consigo un peso emocional profundo.

Esta sensación electrizante puede surgir en el instante en que dos personas comparten un espacio, creando un ambiente cargado de expectativas y deseos no expresados. La tensión no solo enciende la atracción física, sino que también se convierte en un vehículo para la vulnerabilidad, permitiendo que los corazones se expongan a la posibilidad de conexión o rechazo. En este juego de emociones, cada susurro y cada roce se vuelven significativos, desdibujando las líneas entre el deseo y el temor, entre la confianza y la inseguridad.

Me acerqué lentamente a la cama, aún sosteniendo la bata sobre mis pechos, intentando mantener una fachada de modestia, mis ojos fijos en los suyos, dejando que cada uno de mis movimientos fuera una pequeña provocación en sí misma. Sentía la intensidad de la mirada de Fezco, esos ojos suyos siempre fijos en los míos, pero también notaba cómo cada pequeño movimiento mío lo mantenía expectante.

Cuando estuve lo suficientemente cerca, dejé caer la bata lo justo para que mis pechos quedaran al descubierto, aunque mis manos permanecían cerca, como si jugara con la posibilidad de cubrirme de nuevo. Pero en lugar de hacerlo, me incliné hacia él y lo abracé suavemente, presionando mi cuerpo contra el suyo. Podía sentir cómo su respiración se detenía por un segundo cuando mis pechos desnudos tocaron su piel, y esa breve pausa fue suficiente para que supiera el efecto que estaba causando en él.

Él no apartó la mirada de mis ojos, pero sus manos se deslizaron hasta mi cintura con una suavidad que solo él podía lograr, sosteniéndome con una firmeza segura. Sentía el calor de su piel contra la mía, y ese contacto íntimo me provocó una descarga eléctrica que me hizo sonreír, un poco juguetona, un poco cómplice.

—¿Sabes, Fezco? Tal vez te estás acostumbrando demasiado a verme... pero no prometo hacerte la vida fácil —murmuré, inclinándome lo suficiente como para que nuestros rostros casi se tocaran.

Su sonrisa se amplió, esa expresión pícara que tanto amaba volvió a brillar en sus ojos. —No necesito que me la hagas fácil, Vi. Me encanta el desafío.

Sus palabras eran un susurro grave, casi un ronroneo, llenas de una promesa implícita. Las palabras flotaron en el aire, cargadas de esa tensión deliciosa que tanto disfrutábamos. Podía sentir cómo su cuerpo se tensaba ligeramente bajo mi tacto, sus manos apretando un poco más fuerte mi cintura. Estábamos tan cerca que casi podía sentir el latido de su corazón, el calor de su aliento sobre mis labios. Sabía que el juego aún no había terminado, y eso era lo que lo hacía tan divertido.

; Sweet | FezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora