En el mundo existen personas sobreprotectoras y manipuladoras, y el hermano de Violet, Matthew, se encontraba en ambas categorías. No es que no confiara en ella; Matthew la amaba profundamente. Sin embargo, había una delgada línea entre el amor fraternal y la posesividad, y Matt siempre buscaba la manera de mantener a Violet cerca, de que nadie la alejara de su lado. Para él, estar con un chico era innecesario, ya que él podía proporcionarle todo lo que necesitaba. Nadie estaba a su nivel, y lo tenía muy claro. Era seguro de sí mismo, pero todos tenemos un talón de Aquiles, y el suyo era Violet.
De regreso de la fiesta, Matt mostró su faceta habitual con Violet, una máscara cuidadosamente diseñada de afecto y preocupación fraternal, pero detrás de esa fachada se ocultaba un manipulador calculador, plenamente consciente del impacto que tenía sobre su hermana, aunque lo hacía con la firme convicción de protegerla y cuidarla, desde su perspectiva. ¿Por qué se alegraría de ver a su hermana con un chico? Aunque ella lo percibiera como preocupación genuina, Matthew tenía otras preocupaciones que no compartía abiertamente.
En su mente, ya había esbozado planes para asegurarse de que Violet permaneciera dentro de los límites que él consideraba seguros. Fezco representaba un desafío, un intruso en su dinámica familiar tan cuidadosamente orquestada, pero había asuntos más urgentes que requerían su atención.
A medida que Matthew expresaba su preocupación protectora como hermano mayor, Violet no podía evitar que su mente volviera una y otra vez a la conexión especial que había surgido en esa noche inesperada. Hablaron sobre la fiesta, intercambiaron impresiones sobre las personas que habían conocido, y cada palabra revelaba un contraste bastante diferente a lo que acostumbraban. Las luces de la ciudad pasaban rápidamente por la ventanilla, pero para Violet, el mundo exterior parecía difuminarse frente a la intensidad de sus pensamientos sobre Fezco, y para Matthew la sombra protectora y controladora iba acechando en el fondo.
-¿Te divertiste, corazón? -preguntó Matt con una sonrisa traviesa.
-Sí, me la he pasado muy bien -respondió Violet asintiendo con entusiasmo, mientras sus ojos brillaban.
-Me alegra mucho. Mientras bailabas, Enzo no dejó de mandarme mensajes preguntándome qué estabas haciendo -continuó Matt, manteniendo una sonrisa un poco forzada.
Violet se sorprendió, sin esperar que Enzo estuviera tan pendiente y preocupado por ella en la fiesta.
-¿En serio? -preguntó con curiosidad, arqueando una ceja-. ¿Qué le dijiste?
-Le dije que estabas bailando con un chico y que te la estabas pasando genial. - Matt se rió, disfrutando del momento.
