Capítulo 3: Tiroteo.

32 3 2
                                    

Drake:

Hoy tenía la sensación de que mi vida iba a cambiar, sin saber muy bien el motivo, pero llevaba teniendo ese sentimiento hasta antes de organizar la fiesta.
Siendo sincero nunca he sido un chico que le preocupara mucho el rumbo de su vida, pero desde que la vi por primera vez, entendí el peso que tenía en mis hombros sobre cambiar eso de mí.

Era una sensación que nunca la había tenido antes, me asustaba, pero me agradaba a ambas partes iguales.

Cuando la pude observar por primera vez con esa sonrisa tímida agarrada de la mano de Zoe comprendí que mi vida iba a cambiar, pero no sabía si para bien o para mal, simplemente me dejé llevar con ella y con lo que mis sentimientos me pedían en cada momento.

Ahora mismo me encontraba acercándome hacía las dos chicas que destacaban bailando en la pista, una de ellas deslumbraba como si fuera la estrella que más brilla en el maldito universo, era tan atrapante, que sin darme cuenta estaba caminando en su dirección, como si algo dentro de mí me pidiera que fuera hacía ella y, simplemente me dejé llevar.

Aproveché el momento en el que Liam se acercó a bailar con su novia y de manera escurridiza me acerqué a Liv hasta posar mis manos en su cadera y acercarla a mí, al principio noté como se ponía bastante tensa y se mostraba sorprendida, por un momento pensé en la posibilidad de separarme, pero al ver como se relajaba descarté esa posibilidad y, sorprendentemente ambos empezamos a bailar mientras ella tenía su cabeza pegada a mi pecho.

De alguna manera me hacía sentir inseguro de que estuviera escuchando los latidos de mi corazón ir tan rápido, pero no sabía controlarme, me agradaba su compañía a pesar de haberla conocido en tan pocos minutos. Me sentía tan atraído hacía ella que solo quería estar pegado a ella y no separarme.

Antes de ni siquiera poder pensar en lo que hacía mi cuerpo estaba dispuesto a buscar más cercanía con esa chica de cabellos rubios, pero de un momento a otro la música se apagó en el mejor momento de todos, un poco fastidiado y confuso me separé de ella, las luces se encendían y se apagaba constantemente, de manera instantánea cogí su mano cuando observé como todas las personas intentaban salir corriendo a todas direcciones después de haberse escuchado varias disparos.

Sin pensarlo mucho más y sin darle tiempo a reaccionar salí corriendo en busca de algún sitio que pudiera protegernos, tenía el instinto de querer protegerla, no sabía por qué, pero tenía miedo de que algo malo pudiera ocurrirle.

Íbamos corriendo por las escaleras que llegaban al segundo piso y entramos a mi habitación, fue ahí cuando me di cuenta que ninguno de los dos habíamos hecho el intento de separar nuestras manos hasta que al llegar cerré la puerta con el pestillo y ella se arrodilló en el suelo mientras se tapaba los oídos y escondía su cabeza entre sus rodillas.

Sin saber muy bien que hacer me arrodillé enfrente suya y cogí sus manos entré las mías, al levantar la cabeza pude observar como habían varias lágrimas cayendo por sus mejillas, con mucho cuidado se las sequé con mis pulgares.

- Todo va a estar bien Liv, estamos a salvo - No sabía si era verdad, pero solo quería tranquilizarla en esos momentos.

- ¿Dónde están Zoe y Liam? ¿Están bien? - Le ayudé a que se levantará del suelo y nos sentamos en mi cama sin dejar de mirarnos preocupados.

- No sé dónde están, pero estoy seguro que habrán conseguido ponerse a salvo - Me miró un poco dudosa. - Liam sabe defenderse y actuar en estos casos, hemos estudiado para esto. - Al ver su cara de confusión me vi un poco obligado de confesarle lo que había venido a hacer aquí, omitiendo algunas partes - Hemos estudiado para policía, este es nuestro último año.

Parecía relajarse un poco después de decirle aquello, pero no paraba de observar la puerta con precaución. Decidí escribirle a Liam para ver si estaban bien y, efectivamente, se habían refugiado también en unos de los cuartos en la misma planta que nosotros pero unos metros más lejos.

Después de un par de minutos solo se escuchaba silencio en toda la casa, parecía que los estudiantes se habían esfumado y no se escuchaba ningún ruido alarmante.

- Voy a salir a echar un vistazo, ¿Prefieres quedarte en mi cuarto? - Ella parecía dudosa, pero negó con la cabeza y se levantó de la cama para ponerse de pie a mi lado y agarrar mi mano. - ¿Estás segura de venir? - Ella asintió con la cabeza, pero podía ver a través de sus ojos sus dudas y preocupaciones.

Preferí no insistir más, por eso dándole un pequeño apretón a nuestras manos unidas me dirigí a la puerta, quité el pestillo y con mucho cuidado asomé mi cabeza para mirar que no hubiera nadie en el pasillo, me percaté de que unos metros más atrás estaba Liam haciendo exactamente lo mismo que yo, solo bastó asentir con la cabeza para que ambos supiéramos que iríamos juntos a vigilar la zona.

Cuando ellos llegaron a nuestra altura puse mi mano en el hombro de Liam aliviado de que estuviera bien, hemos crecido juntos y le tengo mucho aprecio, sabía que iba a estar bien, pero tenía miedo de perderlo.

Zoe simplemente me dio una sonrisa triste y se abalanzó a Liv cuando ambas se observaron buscando alguna herida, pero ambas estaban ilesas.

- Quedaros aquí cielo, nosotros iremos abajo a ver que todo esté bien - Zoe asintió a la petición de su novio. - Echar el pestillo de la habitación de Drake, iremos a buscaros cuando hayamos visto que todo está libre de peligro. - Ambas chicas se metieron en la habitación sin dudarlo y nosotros nos alejamos de la habitación hasta llegar al borde de las escaleras, nos miramos durante un breve segundo y sin pensarlo sacamos la pistola que teníamos guardada en la espalda.

Al bajar al piso de abajo todo está desordenado, había muchas botellas de alcohol rotas por toda la sala, los altavoces están en el suelo rotos, había resto de comida en el suelo, todo parecía un caos.
Pudimos observar como había un agujero de bala en uno de los sofás y un poco más alejado había varias balas en el suelo.

Liam se acercó a la zona poniéndose unos guantes y con una pequeña bolsa de plástico en sus manos, cogió las balas del suelo y las guardó en la bolsa para luego guardarla en su bolsillo del pantalón.

Revisamos el resto de la casa sin ningún inconveniente más así que volvimos arriba donde estaban las chicas que nos abrieron al escuchar que éramos nosotros.

La única explicación que les dimos era que todo estaba destrozado y que no había rastro de ninguna persona en la casa, obviamente omitiendo el detalle de las balas, no queríamos preocuparlas más.

Después de que estuvieran un rato ayudándonos a recoger un poco el desastre que se había formado las acompañamos hasta la residencia para que pudieran descansar.

Nosotros al volver a mi casa nos dirigimos a mi despacho que estaba en la segunda planta en la última puerta que siempre estaba cerrada con llave y nos pusimos a investigar un poco sobre las balas que habíamos encontrado.

~Los secretos nunca se confiensan~.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora