Capítulo 30: Tiempo perdido.

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Un día antes del rescate de Livian:

Drake:

Llevaba varios días sin poder dormir más que dos horas al día, pero con eso me bastaba.

Me sentía ansioso, teníamos una fecha prevista para el rescate de mi chica, sería mañana, eso me hacía estar más intranquilo que en estos últimos meses, todo tenía que estar perfectamente organizado, no podía salir nada mal.

El plan estaba perfectamente meticuloso, no había cabos sueltos, pero eso no implicaba que no pudieran haber imprevistos. Era sencillo, Dylan entraría a la casa para poder sacar a Livian, en cambio nosotros podríamos mantenernos en contacto a través de los pinganillos y una cámara que llevaría en los botones de su camisa escondido, no estaba conforme del todo en que fuera él al primero que viera ella, pero era lo mejor para poder salvarla sin imprevistos. En cambio Zack, Aidan, Liam y yo, estaremos esperándolos en la carretera principal antes de entrar al bosque.

No podíamos ir todos porque teníamos que estar pendiente por si venía Dan, en ese caso, estaríamos dispuesto a combatir y derribarlo, mientras Dylan se llevaría a Liv en su coche que estaría escondido. Liam se encargaría de no perderles el rastro por la cámara en la ropa de él, Zack y Aidan se encargarían de cubrir la zona escondido encima de varios árboles con un francotirador. En cambio yo, ayudaría a Liam con la cámara y le cubriría las espaldas.

Estaba en el balcón de mi habitación, estaba haciendo frío, pero no me importaba mucho, tenía una taza de café en mis manos, estaba concentrado en el horizonte, se podía observar como el sol se escondía entre las montañas, dando paso al anochecer. Era un bonito paisaje que me hubiera gustado compartir con mi chica.

No había un día donde no pensara en ella, vivía en una constante agonía sin saber nada de ella, las últimas noticias sobre ella no fueron muy agradables, sabía que estaba pasando por un infierno y me moría por salvarla de ahí.

No me importaba arriesgar mi vida por ella, porque mi vida no tendría sentido sin ella.

Ella había llegado a mi vida para llenarla de luz, nunca había creído en los flechazos o la atracción, pero desde el primer día que la vi había sentido una gran atracción por ella, siempre había creído que era una estupidez, pero con ella comprobé que existe.

Pude comprobar de primera mano todo el daño que le habían hecho a lo largo de su vida, las humillaciones y los malos tratos de su madre, pero a pesar de todo el dolor que podía sentir siempre tenía una mejor sonrisa en sus labios. Sabía que después de todo lo del secuestro sería un golpe muy duro, que incluso lo sería aún más si no podía confiar en nosotros y apoyarse en todas las personas que la queríamos.

De lo que sí podía estar seguro era de que es la chica más fuerte que he podido conocer en mi vida, no le daba la espalda a los problemas, les hacía frente y los superaba. Así que sabía que al principio sería muy difícil para ella, pero esperaba que pudiera afrontar todo lo que se le venía encima.

Salí de mis pensamientos cuando escuché unos golpes en la puerta de mi habitación, me acerqué para ver de quien se trataba.

- Ya estamos listos Drake, solo faltas tú - Salí de mi habitación dejando la puerta cerrada mientras le seguía de cerca a Liam, quien me ojeaba de vez en cuando.

Cuando bajamos al salón estaban allí los demás chicos, nos esperaban con varios maletines negros encima de la mesa. Nada más llegar los saludé con un movimiento de cabeza.

- Aquí están todas las armas que tu padre ha podido pedir a la organización - Aidan abrió los tres maletines dejando ver lo que ocultaban cada uno de ellos.

~Los secretos nunca se confiensan~.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora