Liv:
Llevaba despierta media hora antes de que sonara el despertador, había desayunado una taza de café, me vestí con unos jeans y un jersey rojo, hacía frío en pleno octubre, por lo que debajo tenía una camiseta interior, terminé de arreglarme, peinarme y lavarme los dientes.
Me miré en el espejo de arriba a abajo, no me convencía el resultado, no sabía si era por los pantalones o el jersey, pero no me convencía como veía mi figura en el espejo.
Rebusque en mi armario para poder cambiarme, busqué la posibilidad de cambiarme a una camisa rosa palo, volví a mirarme en el espejo, y como era de esperarse, no me convencía. Me volví a decantar por cambiar los pantalones, en esta ocasión probé con unos vaqueros negros, pero tampoco me gustó el resultado.
Después de estar unos diez minutos buscando ropa en el armario, poniéndome y quitándome la ropa, volví a elegir el atuendo del principio, seguía sin verme bonita, pero esta vez probé con el peinado, me hice un moño, pero no me convencía, probé con una coleta baja, tampoco fue un resultado positivo, si no todo lo contrario, empezaba a desesperarme.
Como mis últimas opciones probé con una coleta alta, tampoco me agradó el resultado, así que opté por lo fácil, dejarme el pelo suelto.
Me sentía frustrada conmigo misma, odiaba los días en los que por mucha ropa que me pusiera o cualquier peinado nunca me gustaba el resultado, no me veía bonita frente al espejo, y esa era una cruda realidad.
No me consideraba una chica con muy baja autoestima como para estar rogando a las demás personas que me hicieran un halago, pero sí la tenía muy tocada, no me gustaba mirarme al espejo, pero otros días me encantaba como se veía mi figura, no me gustaba mucho que me hicieran halagos, por que nunca he sabido cómo reaccionar ante ellos.
- Buenos días - Zoe se despertó mirándome confusa - ¿Ha sonado el despertador? ¿Llegamos tarde?
- No ha sonado, pero yo me he levantado mucho más antes. - Ella pareció no entender el motivo - Drake viene a buscarme en unos minutos.
- ¿¡Tan temprano?! - Asentí sentándome en mi cama. - No pareces muy contenta.
- Si lo estoy - Me aseguré de que lo supiera - Solo he tenido que madrugar mucho. - No pareció muy convencida, pero prefirió dejar el tema de lado.
- Seguro que os va todo genial - Me brindó una sonrisa de apoyo.
- Gracias - Mi móvil empezó a sonar en mi bolsillo, lo saqué con rapidez creyendo que era Drake quien me llamaba, pero para mi sorpresa era mi madre. - Tengo que cogerlo Zoe, esperaré a Drake abajo mientras contesto - Señalé mi móvil con la cabeza.
No le di mucho tiempo para que me contestara cuando ya estaba saliendo de la habitación con mi mochila en mi hombro y el móvil en la oreja.
- Hola mamá, ¿Qué tal todo?
- Hola, solo te llamaba porque veo que si no lo hago yo, tú no lo harás - Escuché su tono agrio al dirigirse a mí.
- Pero ... - No pude terminar la frase cuando me estaba interrumpiendo.
- ¡Ni una sola llamada Livian! ¿¡Así me lo pagas?! - Empecé a bajar las escaleras más lento de lo normal mientras intentaba procesar toda la información. - Me he enterado de lo del tiroteo, ¡Y por la directora! ¡Merecía saberlo! ¡Soy tu madre, que no se te olvide!
- Te iba a llamar - Mentí descaradamente.
- ¡No mientas Livian! ¡Tú no me lo ibas a contar! - Suspiré pesadamente. - Pero te perdono, pero que sepas que casi me matas de un infarto, ahora cuéntame, ¿Has hecho amigos?
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~Los secretos nunca se confiensan~.
RomanceEn un pequeño pueblo de Noruega vive una dulce chica de 19 años con su madre quien es muy sobreprotectora con ella. Un día la madre decide internarla en un internado para chicas porque estaba harta de tener que cuidarla sola porque su marido se fug...