Livian:
Había despertado otra vez en esta Maldita habitación, no sabía qué hora era, en qué día estamos, no sabía nada del exterior y eso me ponía de un humor horrible.
En estos pocos días me ha estado visitando cada vez que puede Dylan, me ha estado informando de todas las palizas que le ha dado su hermano por incumplir sus órdenes de no acercarse a mí sin que él esté delante.
Dylan se ha estado comportando bastante decente, no confío en él, ni mucho menos, pero sé que tampoco es un mal chico.
Solo tiene al lado a la persona equivocada, pero es su única familia, una familia que le une una promesa que le hizo a su difunta madre, una promesa que le ata de por vida a una condena.
En estos pocos días, no sé cuántos exactamente, Dan no había aparecido por mi cuarto, a decir verdad es algo liviano, pero también temeroso por no saber lo que está tramando, ni el propio Dylan sabe darme una explicación.
- ¿Puedo pasar? - La voz de Dylan se escuchaba detrás de la puerta.
- Si - Mi voz salió lo suficientemente alta como para que pudiera escucharme.
- Te he traído la comida - Entró con una bandeja entre sus manos y cerró la puerta a sus espaldas - Tienes que coger fuerza. - Dejó la bandeja en la cama enfrente mía mientras se sentaba en el suelo.
- Dylan, nunca te he podido dar las gracias por todo lo que estás haciendo por ayudarme - Bebí un trago de agua de la botella que me tendía.
- ¿Las gracias? ¿Qué tienes que agradecer Livian? ¿Qué te hayamos secuestrado? - Escuché su tono irónico mientras emitía un bufido. - No quiero que me agradezcas, porque no he podido evitar que acabes en esta pocilga.
- ¡Solo cumples órdenes de tu hermano! ¡No eres el malo!
- Livian, gracias por querer hacerme sentir mejor, pero no puedes animarme, no teniéndote aquí encerrada por nuestra culpa. - Dylan miró a la habitación con una mueca en la cara.
- Dylan... - Susurré su nombre con una mueca. - No puedes hacerte responsable de los actos de tu hermano, no es justo.
- No solo son sus actos, son también mis acciones, todo lo que he hecho por intentar protegerlo, sin tenerme en cuenta a mi mismo. - Le oí murmurar despacio. - Pero al menos quiero intentar ayudarte a que no acabes muerta por las manos de mi hermano.
- ¿Por qué estoy aquí exactamente? Tiene que haber un motivo. - Volví a intentar sacarle información.
- Te voy a contar todo lo que sé, no es mucho, pero te servirá a poder entender aunque sea algo - Dylan se acomodó en el suelo mientras se sentaba con las piernas cruzadas.
- No te saltes ningún detalle, por favor - Murmuré deseando que me contará todo.
- Hace un par de días te pude contar mis motivos para pertenecer al lado de mi hermano, la promesa que le hice a mi madre y como pertenezco a una de las peores bandas de la ciudad. - Asentí esperando que prosiguieron con su relato.
- Nunca te he dicho, pero pertenezco a la organización de los "Halcones", para permanecer en ella tienes que dejar de tener sentimientos por las personas, por que tienes que realizar varias pruebas para poder entrar en ella, la primera prueba trata sobre poder hackear un portátil, la segunda tener que pasar una hoguera con los pies descalzos y la tercera torturar a una persona.
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~Los secretos nunca se confiensan~.
RomanceEn un pequeño pueblo de Noruega vive una dulce chica de 19 años con su madre quien es muy sobreprotectora con ella. Un día la madre decide internarla en un internado para chicas porque estaba harta de tener que cuidarla sola porque su marido se fug...