Drake:
Ayer había sido uno de los mejores días de mi vida, sin duda alguna, nunca podría olvidarme de todos los acontecimientos que se habían producido apenas unas horas antes.
El día de ayer había empezado con un sabor un poco amargo, saber que Liv había estado escuchando mi conversación con Kenya me hacía sentir bastante inquieto, no sabía cómo podría reaccionar, pero me gustó ver como le paraba los pies, no se dejaba pisotear por ella y eso me gustó.
El resto de la mañana apenas pudimos hablar porque tuve que ir al psicólogo del señor Ashton, en resumidas cuentas intentó sacarme más información sobre la fiesta, si yo podría ser unos de los sospechosos por haber organizado esa fiesta, pero eso era absurdo.
Casi para terminar el día el sabor amargo que tenía se fue cuando pude pasar a recoger a Liv, estaba preciosa, y todo mejoró en su compañía, no me arrepentía de haberle enseñado mi lugar seguro y ahora poder compartirlo con ella, y sobre todo, ni mucho menos me arrepiento de haberle pedido que sea mi novia y que haya aceptado.
Hoy en cambio era de nuevo un viernes, llegaba un fin de semana que lo iba a aprovechar al máximo.
Por la mañana no pude ver a Liv más que cinco minutos a lo lejos mientras ella charlaba con Zoe y Zack, parecían llevarse bien. En el fondo algo me decía que estaba pasando algo, pero no quise darle muchas vueltas.
- ¿Entonces sois parejas? - Escuché la voz de Liam a mi lado mientras observaba en la misma dirección que yo.
- Ayer se lo pedí y para mi sorpresa aceptó - Admití mientras pasaba mis brazos por encima de sus hombros de manera amistosa.
- ¡Venga ya Drakie! Sabes que esa chica estaba loca por ti. - Nos dirigimos caminando hasta nuestra clase.
- Sabes que no me gusta ese apodo absurdo - Rodé los ojos de manera divertida.
- Y tú sabes perfectamente que no voy a dejar de decírtelo, lo llevo haciendo desde que éramos unos críos. - Negué con la cabeza mientras me reía.
Conozco a Liam desde que ambos teníamos 4 años, siempre habíamos caído en la misma clase, sus padres y los míos aparte de vecinos eran buenos amigos, por lo tanto, en las comidas familiares siempre se juntaban nuestras familias.
Las clases estuvieron bastantes aburridas, era cierto que nos venía bien de vez en cuando recordar algunas cosas, pero era un coñazo tener que volver a dar las clases.
Mi padre es el jefe del departamento de policías, por lo tanto ha podido mover algunos ajustes para que nosotros pudiéramos volver a cursar y infiltrarnos en la universidad, no ha sido fácil, pero mi padre todo lo que se propone lo consigue y así fue, habló con él inspector de la universidad y después de comentarle que había un asesino entre los alumnos accedió a dejarnos hacer nuestra misión.
Lo bueno de todo esto es que no teníamos que hacer los exámenes, solo teníamos que asistir a las clases y el interfiere en nuestras notas.
Después de unas 6 horas de tortura las clases habían terminado, Liam y yo estábamos llegando a mi coche cuando noté como alguien ponía una mano en mi hombro, me giré de manera brusca para ver de quien se trataba, pero al ver que era Liv y Zoe me relajé de inmediato y llevé mis manos a su pequeña cintura.
- Hola chicos - Liv me dio un pequeño beso en mis labios, apenas una pequeña presión.
- Hola Koala - Miré incrédulo el mote que le había puesto Liam a mi novia. Se acercó a Zoe dejando un beso en sus labios mientras le susurraba algo en él oído.
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~Los secretos nunca se confiensan~.
RomanceEn un pequeño pueblo de Noruega vive una dulce chica de 19 años con su madre quien es muy sobreprotectora con ella. Un día la madre decide internarla en un internado para chicas porque estaba harta de tener que cuidarla sola porque su marido se fug...