Livian:
Estaba con los ojos cerrados sin poder abrirlos, no podía mover ninguna parte de mi cuerpo, solo notaba mi cuerpo bastante cansado.
Intenté hablar para pedir ayuda, pero no podía hacer ningún movimiento para poder hablar, era una sensación muy desagradable.
Escuché como alguien entraba a mi habitación, rezaba para que no fuera mi madre, no me apetecía después de haber discutido con ella hace pocas horas.
El ruido del chirrido de la silla me hizo saber que la persona que estaba en la misma habitación se había sentado ahí.
Noté un pequeño roce en mis manos para luego sentir un apretón en mis manos, intenté mover mis dedos, pero parecía que las órdenes no llegaban a mis músculos.
- Vas a estar bien nena, eres fuerte - Por la voz sabía que era Drake quien permanecía conmigo.
- ¿Drake? ¿Estás ahí? - Al no escuchar ninguna respuesta suya decidí seguir hablando sin poder saber si me estaba escuchando. - Por favor.. Sácame de aquí.
- Saldremos de está juntos. - Intenté gritarle con todas mis fuerzas para que pudiera escucharme, pero parecía imposible. - Siempre han dicho que lo mejor que podemos hacer los acompañantes es hablar con ustedes, no sé si funcionará o si podrás oírme.
Podía escuchar todo lo que él me decía, pero él no podía escucharme por mucho que lo intentará. Solo podía ver negro, me estaba agobiando sin saber que hacer.
Llegó un momento en que me rendí de intentar hablar con él, así que, solo me limité a escucharle.
- Prometo bajarte la luna si así lo quieres, prometo hacerte feliz el resto de tu vida, hacerte sentir la chica más afortunada del mundo, que seas libre, pero sobre todo, que seas tú.
- Te amo nena, te amo con locura.
*Flashback*
Estaba en el jardín de mi casa jugando con mis muñecas preferidas en el césped, de vez en cuando mi madre me dejaba pasar las tardes fuera, ese día el tiempo estaba bastante agradable. Unas amigas de mi colegio habían venido a visitarme, pero mi madre no les había dejado pasar, por lo que me encontraba sola.
Decidí entrar en casa para poder refrescarme un poco, el sol pegaba tanto ese día que algunos pelos se me quedaban pegados a mi frente y cuello.
Las voces de mis padres se escuchaban por toda la casa, me dirigí hacia donde provenían las voces.
- ¡No pienso decirle la verdad! - La voz de mi madre se escuchaba alterada.
- No la quieres Lene, si la quisieras le dirías toda la verdad sobre ella. - A pasos cautelosos pegué mi espalda en la pared de la cocina intentando escucharlo máximo posible.
- ¡Es mi hija Fredrik! ¡No pienso decirle nada sobre lo que ocurrió ese día!
- Sabes tan bien como yo que ella nunca podrá ser nuestra Olivia, por mucho que tu quieras, debes decirle la verdad y que vuelva con su verdadera familia.
- ¡Ni se te ocurra nombrar a Olivia! - Escuchó el ruido sordo de algo cayendo al suelo, por el ruido pude saber que era algún objeto de cristal.
- No puedo seguir viviendo esta mentira, quiero mucho a Livian, pero lo que hiciste esta mal, ella merece estar junto a su familia.
- ¡Nosotros somos su familia!
- No te mientas Lene, ella tiene una familia fuera, le rebataste a Livian el derecho de estar con su madre.
- ¡Yo soy su madre!
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~Los secretos nunca se confiensan~.
RomanceEn un pequeño pueblo de Noruega vive una dulce chica de 19 años con su madre quien es muy sobreprotectora con ella. Un día la madre decide internarla en un internado para chicas porque estaba harta de tener que cuidarla sola porque su marido se fug...