46. ¡A la Guerra Vikingos!

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Narra Lheyra:

Corro divertida por la situación, no me siento en peligro, hasta podría decir que esto es entretenido.

O bueno, lo era hasta que Markus termina en el suelo, y no me da tiempo a reaccionar cuando siento algo enredarse en mis pies y llevarme al mismo destino que mi amigo.

—Auch—Me quejo levantando mi cabeza recientemente impactada en el suelo.

Miro hacia atrás, Markus aún sigue en el suelo, y es obvia la razón, ambos tenemos una especie de soga en nuestras pies.

¿Acabamos de ser "enlazados" como animales?

Intento levantarme, pero solo logro quedar arrodillada, una sombra aparece frente a mi. Y levanto mi vista para tomarme con el pelinegro.

No dice nada, solo me levanta de la cintura llevándome como un costal de papas, hasta pareciera que no le resultó pesada en lo absoluto.

Puedo ver a Kus en una situación bastante diferente a la mía. Es jalado de la soga mientras camina en cuatro patas, jalado como un perro.

No me sorprende que sea Lukaw quien sonríe divertido llevando el extremo de la soga.

No demoramos mucho en entrar en una habitación, y ambos somos tirados en un colchón, al lado de ¿Renia? ¿Qué hace ella aquí?

—¿Lehyra?—La voz de Lizz me hace voltear hacia ella, que está atada de pies y manos.

No me da tiempo a contestar cuando Matthyw se acerca con una mordaza, y ata mis manos a mis espaldas.

Intento protestar, pero la sorpresa hace que me quedé muda, al ver a Paul en otra esquina de la habitación.

Markus a mi lado, se remueve con molestia, golpeando mi hombro, evitando que pueda pensar que mierda está pasando.

—Bien—Matthyw comienza a hablar, una vez la puerta es cerrada con llave—Esto será rápido—Permanece serio, a la vez que saca del costado de su pantalón, un arma—Haz los honores Lizziana—Ordena señalando a la rubia con la punta de la pistola.

La nombrada abre la boca en busca de aire, como si esas palabras la hicieran más concientes de la situación ¡Y vaya situación!

Todos nos enfocamos en Lizz, que es la única que permanece sin una odiosa mordaza. Noto como mira hacia todos lados, visiblemente nerviosa.

—Rápido—Demanda Matthyw perdiendo la paciencia.

—Es...Estamos en el laberinto de...de la muerte—Traga saliva, y es notorio el terror en sus ojos—Tenem—No termina de hablar cuando Lukaw interrumpe.

—Si salen sobreviven, sino, morirán—Dice despreocupado, con su típica sonrisa coqueta.

—Mmsm—Muerdo la mordaza, intentando hablar pero solo sale un extraño ruido, que provoca la atención de todos en mi.

El castaño se acerca, sacando la mordaza de mi boca, y aprovecho el momento para morderlo.

—Mierda—Gruñe retornado su mano, y cuando creo que me gritara, o algo así, solo sonríe como un canalla, acercándose a mi oído—Si tienes el fetiche de morder, me hubieras dicho, nena, lo podemos resolver en la cama.

—Imbecil—Siseo—No voy a participar de su juego—Determino, lo suficientemente alto para que todos escuchen.

No creo que les importe, lo que tú quieras Lheyra.

—¿Realmente crees que es tu decisión?—El rubio ríe amargamente, sin una pizca de gracia.

—Tampoco será tu decisión cuando te rompa la cara.

Tres Mentiras, Una Verdad [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora