Narra Lheyra:
Robar una camioneta no fue difícil, más cuando tienes un amigo que extrañamente tiene una gran habilidad forzando cerraduras.
Lo difícil, fue huir sin que nos vieran, y bueno, realmente dudo que no nos vieran.
—¡Dios santo, Lheyra!—Grita Kus, aferrado al asiento, mientras mira hacia atrás—¡Nos están persiguiendo!
—¡Qué ya lo sé!—Grito, acelerando aún más.
—¡¿Por qué rayos siempre te metes con gente dudosa?!
Lo miro un segundo con claro reproche, antes de volver mi vista a la oscura carretera.
—¿Eh?
—¡No jodas Lheyra! Son mafiosos y ¡Son hombres!
Doblo bruscamente en una curva pronunciada, haciendo que la cabeza de Kus se pegue de forma dolorosa al vidrio.
—¡No son mafiosos!
Miro por el espejo retrovisor, allí siguen a toda velocidad cuatro autos detrás de nosotros.
—¿Y vas a negar que son hombres?
—¿Qué? ¿No?
—¡Ese es el problema, Lehyra! ¡Te metes con puros hombres! ¡Y para colmo tres!
Uno de los vehículos, derrapa casi llevándose puesta la curva, y alcanzandonos.
Mierda.
Meto el cambio, e inmediatamente suelto el embriague acelerando a fondo, pero sigue pisandonos los talones.
—¿Quieres que me haga lesbiana?—Acuso, alzando una ceja.
—Podrías. Las mujeres son ¡uf! y no sabes lo bien que bes—Los baches en la carretera detienen su charla, obligandolo a pegarse aún más al asiento—¿Vamos a morir?
La preocupación de repente lo invade, y por mi parte lo único que siento es el sudor en mis manos.
Joder.
Solo a ti se te ocurre escaparte justo cuando están en reunión.
En mi defensa, no sabía que estaban reunidos.
Estaba la casa rodeada, y tú escapando, Lheyra ¿en qué estabas pensando?
Directamente no pensaba.
—¡Nos cho...!—El estruendo del auto chocando con nosotros hace que por un momento pierda el control de la camioneta—¡Nos quieren muertos!
—¿Cuánto falta para llegar a Lorchpey?—Pregunto con algo de desesperación.
En una carretera sin salida, no podré perderlos.
—¡Y yo que sé!
—¡Busca un mapa o algo!
—¡Mira hacia al frente!—Pide, cuando aparto mi vista un segundo observando que los autos aún persisten detrás.
El auto vuelve a chocarnos, pero está vez yo también impulso la camioneta en su contra.
Si vamos a jugar a los autitos chocadores, juguemos bien.
—¿Qué haces? ¡Nos van a aplastar!
—Estamos en un camioneta, Markus.
Acelero, perdiendo por un momento al auto, que derrapa en la orilla casi saliendo del camino.
—¿No tienes miedo a morir?—Me mira fijamente, de forma acusatoria—¡Oye! ¡Ya no tienes miedo a morir!
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Tres Mentiras, Una Verdad [+18]
Random"La vida está llena de mentiras, e incluso la vida es la misma mentira". Esas palabras vivían resonando en la mente de Lheyra, más aún cuando conoció el significado de vivir en Lorchpey. Dónde las mentiras son la mayor realidad del pequeño pueblo...