CAPÍTULO I

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ISA

Llegaré tarde, en definitiva llegaré tarde.

Esto de la puntualidad no es lo mío y más en las mañanas. Sobre todo porque me quedé hasta tarde leyendo una nueva novela de romance. Si, estoy obsesionada con el amor y las cursilerias.

Bueno, al menos ya estoy duchada, lo malo es que aun tengo que ver qué me pongo y tan solo tengo media hora para llegar a mi entrevista de trabajo. ¡Es muy poco tiempo!

¿Cómo debería ir? Se supone que vaya con un pantalon negro formal aburrido y una blanca aun mas aburrida. Me gustaría ponerme mi vestido verde floreado con mis zapatos de tacón blancos y un pequeño lazo adornando mi cabello. Pero no, "a las entrevistas no se va así", y realmente necesito pasar esta entrevista, necesito el trabajo.

Cuando deje la carrera de administración para estudiar mi gran pasión que es la pastelería, pensé que todo sería fácil. Si, me equivoque, gracias a que deje "una maravillosa carrera" mis padres me quitaron su favor y para poder terminar mis estudios gasté todos mis ahorros y pedí un préstamo. Sin embargo, no me arrepiento, estar en una oficina todo el día sentada no es lo mio, manchar mi ropa de harina y probar las masas de pasteles, eso sí es lo mio.

Listo, estoy lista. El pantalón se ciñe a mis caderas y la blusa a mis pechos, tanto que en cualquier momento se desabotona y si no me doy cuenta las personas verán mi ropa interior, ¡y de a gratis! No, no y no, mejor utilizo la vieja confiable, un imperdible en medio de esos dos botones rebeldes. Hubiera comprado una blusa nueva, esta me queda pequeña, pero no quise gastar. Primero, no tengo de dónde gastar y segundo, tengo fe que esta será mi última entrevista para conseguir trabajo.

Antes de salir me despido de mi hermoso bebe, Scoo, un perro de 2 años de raza cocker spaniel de color caramelo.

Me miro al espejo que está al costado de mi puerta principal, me sonrió y aunque no estoy 100% segura de como se ve mi cuerpo, he aprendido a quererlo, tal y como es. El de una mujer latina, con caderas sobresalientes y piernas regordetas. Si, me quiero y ahora nadie me puede quitar ese amor.

Salgo de mi apartamento justo a tiempo para llegar 15 minutos tarde a mi entrevista, bajando las escaleras me encuentro con mi vecina, una anciana muy tierna que adora mi pie de manzana y siempre sabe qué decirme, en el momento indicado, a veces pienso que lee la mente.

- Buenos días, bella. Hoy habrá un buen clima, no lo crees?

- Buenos días, señora Martinez, si creo que será un día esplendido - contesto con la mejor sonrisa que puedo dar.

- Suerte en tu entrevista, Isa.

- Gracias, que tenga un buen día. - Me despido con la mano mientras salgo por las puertas de vidrio de la entrada.

Si, estoy segura que hoy será un buen día, algo me dice que hoy será un nuevo comienzo.

De la cena al postre, hay un bocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora