CAPÍTULO XIX

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ISA

Hoy fue un día largo y cansado, pero el más satisfactorio. No recordaba la adrenalina que te da estar en una cocina profesional, el ajetreo de tener todo a tiempo, los gritos y choques entre los chefs y asistentes, la satisfacción de entregar un platillo y saber que lo que preparaste puede cambiar el ánimo de alguien. Lo extrañaba, aunque en ocasiones anteriores solo trabaje como asistente de chef o mesera, ser el chef principal tiene casi la misma sensación, sin embargo, tengo que decir que el uniforme de chef te hace sentir como si tuvieras super poderes y eres invencible.

Aunque fue un buen día e hice lo que tanto me apasiona, y como bonus pude ver todo el tiempo a mi novio, extrañe a mi niño. Sin embargo, tengo que admitir que aunque la versión de chef principal de Stefan es un poco idiota, me gusta mucho, lo autoritario que puede ser, como hace respetar su opinión y ordenes, es algo que simplemente me pone.

Estoy terminando de arreglar la estación de dulces, cuando unos fuertes brazos me rodean los hombros y por el olor de su perfume sé que es mi sexy jefe. Coloco mis manos sobre sus muñecas cruzadas y él apoya su barbilla sobre mi cabeza.

- Gracias por lo de hoy, nos salvaste. También te luciste, muchas personas comentaron que les gusto mucho los postres que realizaste.

- ¿En serio? Pensé que eran muy simples para lo que la chef Márquez los tiene acostumbrados, pero fue lo que se me ocurrió en poco tiempo.

Stefan me suelta y extraño su calor, pero rápidamente coloca sus manos sobre mis hombros y me gira para estar frente a frente. - Amor, lo hiciste estupendo, nunca dudes de tus habilidades. Eres demasiado buena, y por mi egoísmo otras personas no pueden ver eso. Lo siento. - Evita mirarme y me suelta.

- Stefan.... - Sostengo su mano y trato de que me vuelva a mirar. - No es tu culpa que no trabaje en mi carrera, esa fue mi elección. Es cierto que extraño estar en una cocina pero hoy me di cuenta que extraño más a Micky. Sé que lo vi en la mañana pero siento que han pasado días sin verlo.

- Yo también lo extraño, y agradezco que lo quieras tanto como para ponerlo su cuidado sobre tu pasión por trabajar en una cocina. Porque a ti te encanta estar acá, lo vi en tus ojos hoy. - Suspira y pasa su mano por su cabello. Está frustrado, lo sé, solo hace eso cuando lo está. - Isa, creo que es momento de que dejes de ser la niñera de Micky. 

De la cena al postre, hay un bocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora