STEFAN
Isa tiene razón, siempre la tiene. Tengo que ir al día del logro, esto es importante para Micky. Ya me perdí demasiado. Digo que quiero ser mejor padre pero solo terminó decepcionando con mis decisiones.
- Claris, ¿Llegó el chef Morgan? - Le pregunto a la supervisora de meseros, una mujer de unos 30 años, la cual tiene un hijo de la misma edad que Micky. Cuando me quedaba sin niñera, ella se lo llevaba a su casa a jugar con Joe.
- Si, chef. Se está preparando para entrar a la cocina. - Responde distraída mientras acomoda unos menús en la recepción.
- ¿Y tu crees que me quiera reemplazar hoy? Tengo algo en el colegio de Micky y no quiero faltar.
- Por supuesto que sí, sabes muy bien que siempre busca alguna oportunidad para estar al mando. Es el hombre más narcisista que conozco. - Se ríe, pero su risa no refleja humor.
- Bien, iré a decirle.
- Espera, Stefan. - Oh no, dijo mi nombre. Es serio. - ¿Por qué el cambio? Usualmente no dejarías que nadie tome tu puesto por un asunto del colegio de Micky. ¿O le ha pasado algo en la escuela? No me asustes. - Me toca el hombro y su rostro refleja preocupación.
- Todo está bien, Claris. Solo que creo que es momento de enfocarme más en Micky. Hay algunas cosas que se me han ido de las manos por un largo tiempo y estoy intentando otra perspectiva, ... otra estrategia para que todo sea mejor.
- ¿Y supongo que esa perspectiva de la que hablas se trata de Isa, no?
- Si, algo tiene que ver ella en mi decisión. - Digo, mientras trato de mirar a otro lado, porque está mujer es como un detective del FBI cuando se lo propone.
- ¿Solo algo? Ay, por favor. Esto tiene el nombre de Isa por todos lados, todos nos damos cuenta que has cambiado desde que ella está con ustedes. Para bien, por supuesto. Ella es una buena influencia para ti y Micky.
- ¿Dices que soy influenciable como un niño de 6 años? - La miró con los ojos entrecerrados y ella pone los ojos en blanco.
- No estoy diciendo eso y lo sabes. Aunque, hablando en serio me alegra que tanto tú como tu pequeño ángel se estén dando la oportunidad de dejar que alguien nuevo entre a sus vidas. Ya era momento de que ambos empezaran a sanar. - Sus palabras causan un ligero picor en mis ojos, los cuales si no salgo en ese momento empezaran a llorar, porque todo lo que dice es cierto. Isa no solo ha influenciado en nuestras vidas sino también ha logrado que rompamos las barreras que teníamos.
- Si, lo estamos haciendo. Pero bueno no te interrumpo más, querida amiga. - Y sin más me despido con un gesto.
Después de dejar todo listo para el almuerzo y dejar instrucciones para la cena. Salgo del restaurante en camino al colegio de mi hijo. ¿Le aviso a Isa que voy?
ISA
Pensé que iría al día del logro pero creo que me equivoque, hasta ahora no me ha escrito para decirme que irá. No importa, estaré yo en su reemplazo. ¿Debería llevarle un postre a su maestra? Esa pobre mujer ha soportado mucho a mi niño en su época rebelde, si, le llevaré algunos alfajores que hice ayer.
Una hora después estoy frente a la puerta del aula de Micky, con un vestido largo lila y en la mano una caja de delicias rellenas con dulce de leche. La cual casi cae al piso cuando me sobresalte cuando sentí una mano tocando mi hombro.
- Dios, Stefan. Me diste un susto, me pude morir, ¿sabes?
- Lo siento cariño, no quise asustarte, pero quería llamar tu atención. Parecía que estabas en un trance, estuviste un buen rato parada aquí. - ¿Lo estuve? No me había dado cuenta, sin embargo, ahora que lo menciona siento que haber venido dará una idea equivocada, las niñeras no suelen ir a las reuniones de padre o eso creo yo. No sé.
- No me di cuenta. - Digo aun con muchos pensamientos en la cabeza que en verdad no noto el hecho de que Stefan este aquí. - ¡Viniste! - Entonces le doy un abrazo sin pensarlo, porque realmente me escucho y dejo su trabajo a un lado por su hijo. Él me abraza más fuerte, haciéndome sentir cómoda y queriendo quedarme ahí al menos unas horas, olvidándome que tenemos que entrar de una vez al aula o sino no podremos ingresar. Por ello, me suelto de su agarre.
- Hay que entrar, Micky estará tan feliz. - Me sonríe y sitúa su mano izquierda en mi espalda baja y me empuja para que podamos entrar.
Ni bien cruzamos el umbral de la puerta, nuestro pequeño diablillo nos ve, y sale corriendo en nuestra dirección.
- ¡Papá! - Micky se abalanza hacia él y Stefan lo carga, sosteniéndolo sobre su brazo. - Viniste.
- Si claro que vine, hijo. - Ambos están sonriendo y esa es mi escena favorita de ellos.
- Bienvenidos, señores DeLuca. Me alegra que hayan venido ambos el día de hoy. - ¿Señores DeLuca? La maestra está equivocada, no soy la madre de Micky. Estoy a punto de corregirla pero....
- ¿Ellos son tus padres, Michael? - Pregunta uno de los niños y ahora si no sabía qué decir. Micky bajó la mirada con timidez y sin pensar respondí.
- Sí, lo somos.
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De la cena al postre, hay un bocado
RomanceIsa es una recién graduada de la Escuela de Pastelería de NY, ella acude a una entrevista de trabajo donde el chico que la rechazó en la secundaria es el chef principal. Pero por un correo mal leído, ella termina siendo la niñera de su hijo de 6 año...