Capítulo XXXV

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ISA

Estoy casi segura de que el taxista piensa que estoy loca. Desde que salí de la casa de Stefan mis emociones han cambiado rápidamente. Primero, salí sonriendo de oreja a oreja porque Stefan me dijo que me ama por primera vez, sin embargo, después me puse a llorar otra vez por las situaciones que pasaron mis chicos. Después, me enfadé con mi novio por la mentira y luego me angustie por mi trabajo. En conclusión, acabo de llegar a casa con más dudas que respuestas y para estas situaciones solo hay una persona que me puede calmar.

- ¿Hola? - Por su voz ronca puedo darme cuenta que estaba durmiendo.

- Hola, Santi. ¿Tienes unos minutos?

- Para mi hermanita favorita, siempre. - Su única hermana. - Además, supongo que es serio porque sabes que me duermo temprano.

- Lo sé, eres un señor de la tercera edad. Necesitas esas horas extras de sueño.

- Jaja muy graciosa. Solo te llevo 3 años. - Aunque de adolescentes no éramos muy unidos, después de su primer año de universidad nos hicimos más cercanos y me llamaba todos los fines de semana, religiosamente. - Ahora dime, ¿qué pasó?

Le conté todo, bueno, él ya sabía una gran parte. Él me escuchó atentamente, sin interrumpir, cuando termine seguía sin pronunciar palabra y antes de que pudiera decir algo comenzó a hablar.

- Comprendo porqué no te dijo nada, revivir ciertas cosas duelen y uno puede pasar por eso, pero hacer pasar por toda esa mierda a las personas que amas no. Eso cambia completamente las cosas.

- Lo entiendo, sé la razón por la cual Stefan no me dijo la verdad al principio, sin embargo, ¿Por qué no me la dijo después?

- Primero aclaremos algo Isa, ¿Por qué estás molesta? ¿Por qué no te dijo sobre su hijo o por qué no te hablo de su ex que es tu jefa? - No me había planteado eso. Si bien estaba molesta por la mentira, no me fastidiaba mucho, pero cuando vi a Sarah cerca de mi novio mi molestia se incrementó y el saber que es su ex, hizo que se me dificultara olvidar lo sucedido.

- No lo sé, creo que más por la segunda. ¡Ahh! ¿Cómo es que estoy celosa en esta situación?

- Hermanita, los celos son normales. Es una reacción humana básica, y más cuando uno está enamorado.

- ¿Por eso estuviste tanto tiempo con Carla? - Su ex.

- ¡Dios, no la nombres! Que puede aparecer.

Me burlo de él un poco más y seguimos conversando. Me cuenta sobre su trabajo y una misteriosa chica con la que sale. Dice que la conozco, tal vez sea una compañera de trabajo o mejor aún, una actriz famosa.

Sé que mi opinión no es objetiva, pero mi hermano es realmente guapo, tenemos el mismo color de cabello y ojos. Sin embargo, a diferencia de mí, a él sí le gusta hacer ejercicios, así que está en forma. Desde la escuela las chicas buscaban alguna oportunidad para hablarle y los chicos querían ser sus amigos, obvio tenía esa atención, era el capitán del equipo de fútbol. Tenía embobado a todos, hasta a mi mejor amiga, aunque ella nunca lo admita. Cuando estábamos en mi casa la encontraba observándolo o buscaba la manera de preguntar por él si es que no lo veía.

- Y, ¿Cómo está Mackenzie? - Si, a Santi también le gustaba Kenzie, pero ninguno dio el paso y yo no dije nada por egoísta, no quería que me quite a mi única amiga en ese momento. Me siento culpable por eso y más cuando pasó lo de Alex, su ex abusivo, pero ahora ambos están bien, en la cúspide de sus carreras y me parece que son felices.

- Bien, ayer hable con ella, está en Chicago para realizar algunas entrevistas. ¿Conoces a Skylar Robinson? Está grabando una película ahí y Kenzie hará las entrevistas para la promo.

- Ya veo, Sky y Mackenzie son excelentes en su trabajo, seguro saldrá todo bien.

- Si, seguro.... Bueno hermanito, te dejo dormir. No quiero modificar mucho tu horario de sueño, no vaya hacer que después no te puedas ni levantar. Te quiero. - Se ríe.

- Yo también te quiero, fea. Recuerda, todo tiene solución, excepto la muerte. - Y con eso corta la llamada, y me deja más tranquila. Sé que debo hacer, y con quien debo hablar primero. 

De la cena al postre, hay un bocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora