STEFAN
Ya en el restaurante, comienzo a inspeccionar lo que hay en la despensa para la organización de los menús del día. Cuando en el fondo logro ver algunos tipos de quesos, y sonrío, porque esas olorosas delicias me hacen acordar a Isa. En específico, cuando hace 3 días atrás nos quedamos hablando por horas después de que Micky se quedara dormido. Preparamos una tabla de quesos improvisada con lo que tenía en mi cocina, abrimos un vino y conversamos hasta que se nos hizo las 3am. Hablamos sobre lo que queríamos lograr en la vida, nuestros miedos, sobre nuestro pequeño diablillo y nuestro futuro como pareja, sobre todo nos enfocamos en este último punto. Acordamos que esperaríamos un tiempo más para conversar con Micky sobre la situación actual, es lo mejor. Aunque a veces se vuelve una tortura porque no puedo tocarla cuando quiero, no puedo decirle lo hermosa que es cada 5 minutos y no la puedo besar porque simplemente no me resisto a su boca.
- Chef DeLuc.... Espera, ¿esa es una sonrisa? - Claris interrumpe mis pensamientos, y pone una sonrisa burlona en su rostro. - No sabía que revisar la despensa te hacía tan feliz, realmente te debe gustar tu trabajo.
- Mi trabajo me hace feliz, Claris. Eso ya lo sabes. - Le respondo con indiferencia para que no me moleste más.
- Bueno, Sr. amo mi trabajo. Vine hasta aquí para comunicarte que la chef Márquez no vendrá el día de hoy, su hijo está enfermo y no quiere dejarlo solo.
- Está bien, envíale mis saludos y dile que espero que su hijo se recupere, ¿no es nada grave, no?
- No, solo tiene gripe.
- Que bueno, pero malo porque debemos buscar un reemplazo para hoy. Aunque, tal vez Samantha pueda ayudar al chef Risco y así él hace la carta de postres de hoy.
- No, Stefan. Samantha ya tiene mucho con su trabajo, igual que el chef Risco, no puedes darles más responsabilidad.
- Tienes razón. - Suspiro un poco frustrado porque hoy es viernes y no podemos quedarnos sin carta de postres, eso es lo que atrae a los clientes este día.
La mujer de casi un metro sesenta me voltea los ojos y se cruza de brazos. - Stefan, ¿te das cuenta que hace tan solo unos momentos estuviste sonriendo y suspirando por la persona que va a salvar este día?
- ¿Por quien suspiraba....? Ahhh ¡Cierto!
.......
ISA
Hoy haré la carta de postres de "El jardín de Rosas", yo, una recién graduada, yo, a quien le han avisado hace tan solo 40 minutos. Debí decirle a Stefan que no podía hacerlo, sé que tengo algo de tiempo libre porque Micky está en la escuela ahora, sin embargo, esto es muy grande. Ingreso al restaurante, tan nerviosa que me tropiezo con uno de los floreros de la entrada, lo colocó en su lugar y me encamino hacia la cocina.
El personal me saluda, conozco a la mayoría de ellos por tantas veces que he venido a almorzar con Micky, así que a nadie le resulta extraño que camine por aquí.
- ¡Isa! ¡Nuestra salvadora! - Claris se me acerca rápidamente para abrazarme. Estoy sorprendida. En el tiempo que la conozco nunca había sido eufórica, burlona sí, pero nunca con tanto entusiasmo.
- Claris, hola. Mmm.... - me encojo de hombros porque no creo que mi experiencia pueda ayudar en algo. - ... no creo que sea salvadora pero haré lo que pueda.
- Ohh querida, la fama de tus brownies sigue dando de que hablar en la escuela, lo harás bien. - Verdad, Joe también estudia en la misma escuela que mi niño.
- No sé, Claris. ¿Y si lo hago mal? No quiero poner en una mala situación a Stefan por esto.
- Linda, escúchame. Hagas lo que hagas a Stefan no se va molestar, ni va a pasar nada malo, y si pasa lo peor, pues lo solucionaremos, tranquila. ¿Está bien?
- Si, está bien. - Trato de darle una sonrisa pero creo que solo hago una mueca.
- Además, ese hombre se muere por ti. - señala con el dedo pulgar hacia atrás y puedo ver a Stefan de pie conversando con uno de los otros chefs. Siempre tan irresistible con su uniforme, si no hubiera tantas personas lo besaría ahora mismo. - Y tú te mueres por él, cariño cuidado que se te cae la baba. - La rubia frente a mi se ríe y yo solo puedo sonrojarme.
- No sé a qué te refieres, Stefan es mi jefe. - Digo disimuladamente.
- Isa, por favor. Todos acá saben que no es así y estoy segura que en la escuela piensan que es tu esposo, no me quieras engañar.
Con eso Claris se marcha dejándome con un sentimiento extraño en mí, por un lado sigo nerviosa por lo de hoy, sin embargo, que todos sepan que Stefan está conmigo y que "se muere por mi" me hace sentir invencible y más fuerte. Porque sé que tengo su apoyo, y el guiño que me da a lo lejos me lo afirma.
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De la cena al postre, hay un bocado
RomanceIsa es una recién graduada de la Escuela de Pastelería de NY, ella acude a una entrevista de trabajo donde el chico que la rechazó en la secundaria es el chef principal. Pero por un correo mal leído, ella termina siendo la niñera de su hijo de 6 año...