CAPÍTULO XIV

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STEFAN

Hoy es un buen día. Mi pequeño y mi "esposa" están conmigo. Si me hubieran dicho hace 10 años atrás que mi felicidad consistiría en ver a mi hijo decir que quiere ser como yo de adulto, nunca les hubiera creído. Tenía una idea diferente de lo que quería ser en mi vida, desde pequeño creí que sería jugador de fútbol profesional pero las cosas no se dieron así, tras una lesión a inicios de mi primer año en la universidad. Tuve momentos difíciles después de eso, pero Sarah siempre estuvo apoyándome y logre construir un nuevo camino, teniendo nuevas metas. Eso me dio una lección, nuestro destino no está escrito en piedra, las cosas cambian, la vida cambia, hay problemas, dificultades que nos llevan a pensar en dejar todo. Y, en esos casos solos nos queda levantarnos, apoyarnos en alguien si lo tenemos, pero sobre todo, apoyarnos en nosotros mismos y no olvidar que nunca es tarde para volver a comenzar.

Por ello, quiero darme la oportunidad de volver a amar, con Isa. Sé que las cosas son complicadas porque ella trabaja ahora para mi y mi situación no es la ideal para una chica soltera como ella, sin embargo, no pretendo quedarme con estos sentimientos dentro de mi. Ella me gusta y mucho, sé que Isa lo sabe, y quiero creer que el sentimiento es recíproco.

Saliendo de aquí llevaré a Micky e Isa a cenar, y luego de eso espero poder encontrar un tiempo para hablar con ella, de nosotros. Pero antes debo interrumpir su alegre conversación con ese hombre, pensé que ya había sonreído mucho hoy, sin embargo lo sigue haciendo, y esa brillante sonrisa no es para mi.

Me acerco rápidamente y coloco mi brazo alrededor de la cintura de MI sexy niñera. - ¿Todo bien, cariño? ¿De qué me estoy perdiendo? - Los involucrados se dan cuenta de mi presencia y ahora él que sonríe soy yo. El hombre por el cual siento celos es nada más que el chef Harry St.Clair, me lo encontraba seguido en varias conferencias o ferias gastronómicas, haciendo inevitable que nos volvamos amigos.  Justo cuando iba a volver hablar, la maestra presente se disculpa y se va a conversar con otro padre que parece que la ha estado esperando. 

- Harry, qué gusto verte. ¿Cómo estás? ¿Cómo está tu esposa, Martha?

- Stefan, qué sorpresa verte aquí.  Martha y los niños están bien. ¿Tu hijo estudia en esta escuela? 

- Si, Micky está en esta clase. ¿Tu hijo igual?

- Si, es el de polo rojo de ahí, Max. No puedo creer que nuestros hijos estén en el mismo salón y nunca nos hayamos encontrado antes en la escuela.

- Pienso lo mismo. Aunque debo confesar que hasta hace poco no venía mucho por acá. Isa es la que se encarga de traer y recoger a Micky del colegio.

- Ahhh ¿Ella es tu esposa? No me llegó la invitación a la boda. - Hace un especie de cara de enojo que rápidamente cambia por una sonrisa. - Pensé que éramos amigos, estoy decepcionado que no me la hayas presentado antes. ¿O es que solo la quieres para ti?

- Bueno, ¿has visto a mi esposa? Claramente no quiero que nadie más la vea, se podrían enamorar de ella y robármela. - Volteo a ver a Isa al decir las últimas palabras, reforzando mi agarre de su cintura. Por unos momentos puedo presumir de ella, espero que después de hoy pueda seguir haciéndolo. Ella sigue sonriendo, pero esta vez es una sonrisa suave, menos tensa.

Harry se ríe a carcajadas y sigue. - Ay amigo, realmente estoy feliz por ti. Sería bueno que cenemos juntos, Isa, tu, Martha y yo, un día de estos.

- Si, nos encantaría. - Se apresura a decir Isa.- También, creo que Max y Micky podrían quedar para jugar.

- ¡Si, gracias! Eso sería estupendo, a Max se le ha dificultado tener amigos debido al cambio de escuela.

- Pues bien, nos estamos comunicando amigo. Un gusto de verte de nuevo. - Estiro mi mano para estrecharla con Harry, lo cual hace.

- Igualmente, amigo. Y antes de que me olvide, felicidades por su boda. Isa deliciosos tus alfajores, espero que en la cena que tengamos me vuelvas a sorprender gratamente con uno de tus postres.

- Gracias, lo contactaré para agendar una cita de juegos para los niños, chef St. Clair.

Harry vuelve a reírse pero más despacio. - Querida dime Harry, ahora también somos amigos.

Nos volvemos a despedir y salimos, nos está costando a Isa y a mi poder convencer a Micky que es hora de irnos porque estaba muy entretenido jugando con Margarita, sin embargo, mi nueva esposa y espero futura novia lo soborna con comprarle un helado después de la cena, por supuesto él acepta de inmediato. Ya dentro del auto se presenta la terrible incertidumbre ¿Qué vamos a comer?

De la cena al postre, hay un bocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora