ISA
Inmediatamente después de que hable, Stefan se arrodillo frente a mí, con una mano presiono mi estómago para que me echara hacia atrás y con la otra cogió mi muslo derecho para colocar este sobre su hombro, teniendo una mejor vista de mi vagina que al sentir su mirada se calienta más.
- Dios, ¿Todo esto es para mi? - Dice relamiéndose los labios.
- ¡No lo digas así! - Me río e intentó levantarme, pero él coloca un dedo dentro de mí y me estremezco. Dios sabe lo mucho que he deseado que esto ocurra.
- ¿Cómo te puedes reír estando tan mojada? - Y para torturarme me inserta un dedo más, provocando que se me escape un gemido.
Stefan encorva sus dedos dentro de mí, llegando a un punto delicioso que me hace balancear mis caderas para sentir mayor presión. Él se da cuenta que necesito más, así que acerca su rostro a mi entrada, dejando primero un beso sobre mi clítoris y luego succionándolo, provocando que gima otra vez. Sus dedos se mueven hábilmente en mi interior y su lengua no cesa, generando que espasmos se apoderen de mi cuerpo, sintiendo un calor embriagador alrededor, llegando al clímax mientras tengo una mano agarrando su cabello y la otra sujetándome de sus sabana.
- Cariño, como aprietas. - Stefan saca sus dedos de mí y se los mete a la boca. -Y sabes tan dulce.
- Dime, ¿por qué no hicimos esto antes? - Coloco mis codos sobre la cama para poder verlo mejor.
- Porque somos tontos, creo. Amor .... - Se acerca lentamente trepando a la cama para besarme. - .... sé que aún estás sensible pero quiero tanto ......
- ¡Sí, por favor! Ya hemos esperado mucho tiempo. - Se ríe y se baja de la cama para sacar un condón de su mesa de noche. Se lo enrolla y se vuelve a acercar a la cama, y para este momento, yo ya estoy situada en el medio de esta.
Sus manos viajan por mis caderas, su lengua no perdona nada y me devora a su paso. Mis manos se posicionan en sus glúteos, su suave y redondo trasero. Dios, gracias por este hombre. En estos instantes, nos domina el deseo y la pasión, sin embargo, sé que hay más que eso. Hay amor, en como me mira, y como lo miro fascinada. No puedo creerlo, pero lo amo. Con cada fibra de mi ser, con cada beso, con cada caricia, con cada buenos días que nos damos, con todo lo que viene con él y con lo que vamos a construir juntos.
Puedo sentir sus rodillas abrir mis piernas y su pene alineándose para entrar en mi con una embestida lenta y placentera, se queda ahí unos segundos y besa mi frente.
- Me voy a empezar a mover, ¿sí?
- Sí, quiero todo. - Y me refiero a todo, lo bueno y lo malo, su pasado y futuro.
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De la cena al postre, hay un bocado
RomanceIsa es una recién graduada de la Escuela de Pastelería de NY, ella acude a una entrevista de trabajo donde el chico que la rechazó en la secundaria es el chef principal. Pero por un correo mal leído, ella termina siendo la niñera de su hijo de 6 año...