Enfermo

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No supe cuánto tiempo me quede dormida, pero unos gritos me despertaron haciéndome salir de mi ahora cama. Salí a ver qué sucedía.

Hershel había sido mordido. Fui a la celda para ver en qué podía ayudar, papá no estaba, mi ayuda no era requerida, fui a la celda por mi arco. Pase a la cocina donde papá ya apuntaba a la puerta. Un hombre se asomó y alce mi arco lista para disparar en cualquier momento. Cuatro hombres más salieron de tras de él, pretendían entrar al pabellón que habíamos tomado.

—¿Qué hacen ahí?—preguntó al parecer la cabelliza del pequeño grupo.

—No es asunto tuyo—le respondí seca y este pasó a mirarme.

—No me digas que no es asunto mío—me miró mal y sacó su pistola, me acerqué aún más para mostrarle que no tenía miedo. Papá a su vez lo apunto más de cerca.

Empezaron una discusión sobre qué era lo que querían hacer. Me daban algo de lástima que algunos quisieran salir y buscar a su gente. El tipo de cabello largo, latino creía estar al mando y que acataríamos sus órdenes.

T-Dog salió de una esquina y le apuntó al mismo, Rick llegó pocos segundos después. Preguntaban sobre lo que había pasado, Rick les explicó pacientemente sobre que no quedaba nada. Sin gobierno, sin hospitales. No quedaba nada.

—¿Tienen algún celular para llamar a nuestras familias?—preguntó el hombre de color, calvo. No pude evitar reír un poco llamando la atención de todos los mayores.

—No queda nada, no hay celulares, no hay computadoras, mensajes de texto, policía, hospitales, la mitad de la población murió. Si no es que la mayoría—hable sin dejar de apuntar con mi arco. Papá me lanzó una mirada molesta. Seguro me reprendería por venir.

—No puede ser—dijo el hombre que no me daba buena espina.

—Pues serías muy idiota para no creerlo—no me contuve y le dije lo que pensaba. Si las miradas mataran yo estaría tres metros bajo tierra. Trato de apuntarme de nuevo con su pistola. Pero Rick me puso detrás de él.

—Iré con Rick y T-Dog, cuando regrese hablaré seriamente contigo mocosa—me susurró molesto papá y me hizo entrar al pabellón.

—Lexie ¿puedes decirme porque estabas ahí?—mi mamá algo molesta me miró.

—Trataba de ayudar, ¿Porque no pueden ver que yo solo quiero ayudar?—le dije molesta. Me sentía molesta, cada vez que quería ayudar en algo me decían que no podía por ser una niña.

Me fui molesta a la celda que ahora compartía con James, me senté en mi cama; tomé mi cuchillo y empecé a trazar patrones en el suelo. Una cabeza se asomó. Glenn estaba en la puerta de la celda.

—Eso fue un poco grosero viniendo de ti Lexie, sé que los días han sido difíciles y tensos pero no tenía porque responderle así a tu madre, ella ahora está estabilizando a Hershel con Carol y Lori—contó—Cuando termine puedes ir a pedir perdón, mira Lex sé que no hemos pasado tiempo juntos como en el campamento pero tenemos tareas por hacer—continuó—Cuando pongamos todo en orden pasaremos tiempo juntos como antes. Lo prometo—dijo frente a mí una vez que entró.

—Lo sé, siento haberle respondido así, iré con ella más tarde—lo mire con una media sonrisa. Escuchamos la reja abrirse y vimos cómo entraban con costales de comida y cajas llenas de latas.

Corrí a ayudar a T-Dog y a Carl, este nos pidió a Carl y a mi si lo podíamos ayudar a acomodar las latas de comida. James había venido a decir que iría a ayudar a papá y a Rick a despejar el pabellón con esos idiotas.

—Ten cuidado por favor, no te despegues de mi papá, si alguien trata de matarte no dudes en matarlos a ellos—lo abracé y después se fue.

—Necesitamos vendas y medicina para Hershel—comentó Carl mientras apilaba algunas latas.

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