Perseguido

1.7K 140 24
                                        



Seguía con los ojos cerrados pero comenzaba a despertar, me moví un poco y al abrir mis ojos vi que todavía era algo temprano, el sol todavía no salía pues se veía algo oscuro.

—Te ves tierna cuando duermes—una voz a mi lado me hizo sobresaltar. Carl me miraba con una sonrisa.

—Casi me matas de un infarto, ¿tienes mucho tiempo despierto?—le pregunté ignorando la confesión que había hecho.

—No he podido dormir nada, he pensado lo que pasó—dijo mirando la litera.

—Carl, si quieres hablar de ello yo estoy aquí, no estás solo. Perdiste a tu madre, está más que justificado que te sientas mal—me senté en la cama mirándolo.

—No es eso, mi papá...mi papá está fuera de sí, me preocupa. Si bien las cosas no iban bien entre ellos, se conocían desde preparatoria, él no está bien...Si se enterara que yo maté a mi madre me odiaría—confesó tallando sus ojos, pude notar que había llorado en la noche.

—Carl no digas eso, Rick comprenderá que lo que hiciste fue para que tu madre no regresara, era lo más sano para todos que no la viéramos como caminante. Tu padre te adora Carl, tú y la bebé son la única familia que le queda—tome su mano entre mis manos aún con algunas manchas de sangre—Quizás no seamos una familia de sangre pero este grupo es como una especie de familia—sonreí al decir lo último.

—Mentí...—fue lo único que dijo y se sentó a mi lado, lo miré confundida y me gire para verlo de frente y me senté con las piernas entrelazadas.

—No sé de qué...—no me dejó terminar pues dijo algo que hizo que mi corazón palpitará como loco.

—Mentí cuando dije que me gustaba Beth...Me gustas tú Lexie, hoy aprendí que no debo dejar pasar las cosas, no debo guardarme las emociones que siento, mañana podría morir y nunca decirte que me gustas. Me gustaste desde el primer momento que te vi bajar de la camioneta con las mejillas rojas y tu cabello suelto, me encanta que no quieras ser algo que no eres, me gusta que seas tan sarcástica, cada que te veo preparar tu arco para disparar siento mariposas al verte concentrada arrugando la nariz. Me gustas Lexie, me gustas mucho. Eres mi única amiga pero no solo por eso me gustas, creo que si esto no hubiera pasado y nos hubiéramos conocido en circunstancias diferentes—rio un poco—Me hubieras gustado de todas maneras—terminó su discurso, yo no sabía qué decir, me sentía de la misma manera pero no me sentía lista como para estar a su lado.

—Carl...Realmente me conmueve mucho todo lo que me acabas de decir, yo me siento de la misma manera, hace poco me di cuenta de lo mucho que me gustas, pero no me siento lista para que estemos juntos, quiero decir, no sé cómo se hace esto. Pero me sentiría mejor si lo tomamos con calma—le confesé y vi una notable decepción en su cara.

—Mocosos, mi mamá preparo el desayuno—James asomó su cabeza rompiendo de nueva cuenta el momento.

—Entiendo, lo tomaré con calma—se soltó de mi agarre algo brusco y siguió a James.

Suspire algo triste y tomé mis cosas y fui a mi celda, entré y me cambié la blusa blanca de manga larga, la cual estaba llena de sangre y polvo; me quité mi pantalón negro sucio. Me puse una blusa azul marino y un par de pantalones azules más claros que mi blusa.

Me puse mi cinturón donde guardé mi cuchillo y antes de guardar mi arma revisé que está tuviera balas. Tome mi carcaj y me lo puse en la espalda y tomé mi arco para ponérmelo en un hombro.

Cuando llegue a la cocina quise sentarme a lado de Carl pero este se alejó y evito mi mirada. Baje la cabeza y no tuve más remedio que sentarme junto a James. El hambre se me había quitado y solo removía mi avena mientras trataba de conectar miradas con Carl, el cual tampoco comía.

Invisible String Donde viven las historias. Descúbrelo ahora