Cap 1. Introducción.

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-Regulus-.

Severus dio un par de palmaditas en el sofá, llamándolo a que se sentara junto a él. Le pasó una taza de té. Estaba tratando de crear una atmósfera... acogedora antes de soltar la bomba.

Presentía que el menor no se lo iba a tomar bien. Carraspeó y bebió de su propia taza. No quería afrontar ese momento pero llevaba semanas planeándolo. Con Regulus las cosas nunca eran lo sencillas que deberían. Era un... muchacho de mecha corta, pese a lo que pudiera aparentar. Más parecido a su hermano Sirius de lo que a Sev le gustaría admitir.

Era frío y reservado la mayor parte del tiempo, sí, pero también explosivo y egoísta. Lo quería, lo quería muchísimo, pero era difícil de tratar la mayor parte del tiempo.

Regulus se sentó junto a él, ladeado para poder verlo de frente, lo miraba desconfiado y su postura corporal le gritaba a Sev que no iba a recibir la información con una actitud positiva.

-Mañana empiezo la universidad de nuevo-.

Eso Regulus ya lo sabía. Asintió, serio, sin apartar la mirada de su novio ni un segundo, esperando conscientemente el "golpe". Severus asintió también como reflejo.

-Bien. Pasaré las mañanas fuera, y por las tardes seguiré trabajando aquí, en casa-.

Con sus pociones, lógicamente. Había elegido seguir la tradición de su madre de juntarse con muggles, y ahora estudiaba en una universidad no mágica. Criarse como un muggle sí tuvo una importante influencia en él sobre su futuro, especialmente criarse como un muggle sin recursos. No quería estudiar algo en el mundo mágico, ninguna profesión parecía llenarle lo suficiente. Había pensado quizá en formarse como maestro de defensa contra las artes oscuras, pero Dumbledore le había dejado muy en claro que no le daría esa oportunidad a él.

Las pociones estaban bien, por supuesto, ¿pero quería dedicarse a eso para siempre?, Encerrado en un laboratorio jugando al Quimicefa... no. Él quería... ayudar a las personas, por ridículo que sonara cuando intentaba decirlo en alto. Solo pensaba en lo diferentes que hubieran sido las cosas de haber crecido en un hogar con recursos. Él quería contribuir a eso, hacer algo por la sociedad muggle más desfavorecida ahora que se encontraba en una no-tan-mala posición.

Vendía sus pociones en una tienducha del callejón Knockturn en la que había hecho un trato con el dueño, le quitaba una pequeña comisión y ganaba una cantidad de clientes relevante, ya que aprovechaban para echar un vistazo al resto de la tienda, y Sev pues... sacaba un dinero para mantenerse.

Para mantenerse a él y a Regulus. Ese era el problema que venía comentando.

Regulus había terminado Hogwarts el curso pasado, tenía 18 años ahora y ninguna ocupación ni plan de buscarse un futuro. Severus tenía 21 años, estaba en tercero de carrera y tenía un pequeño trabajo con sus correspondientes pequeños ingresos. No podía mantenerlos a ambos, no para siempre.

Regulus había tenido un leve conflicto con los Black sobre un matrimonio arreglado, por lo que optó por borrarse del mapa. Severus estuvo de acuerdo, por supuesto, ellos salían desde hacía algunos años. El caso es que parecía haber sido ligeramente desheredado, no tenía nada, y no parecía estar demasiado incómodo viviendo a costa de su novio.

Severus llegó a la conclusión de que eso hacían los Black, se casaban y no tenían la necesidad de buscar trabajos o tener estudios porque eran asquerosamente millonarios.

Ambicioso. La Otra Cara De La Historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora