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No supo exactamente cuánto tiempo pasó, pero definitivamente se había quedado dormida. Sus mejillas estaban tirantes a causa del agua salada de sus abundantes lágrimas y sus ojos parecían no poder abrirse con facilidad por encontrarse demasiado hinchados.

Indiana miró su teléfono. Eran casi las cuatro de la tarde. La catarata de mensajes de su madre y de Pancho, le anunciaron que iba a tener que enfrentar una larga reprimenda. Sin embargo, ni siquiera los leyó, se limitó a responder que se encontraba bien y saltó de la cama para darse un baño.

No iba a ir ese desfile, no le importaba lo que pensara su madre, le había hecho caso por demasiado tiempo, había llegado el momento de hacer lo que ella quería. Incluso había pensado en transferir el dinero de los pasajes. No necesitaba de Alex para ir Nueva York, ahora tenía un trabajo propio y uno muy bueno que le permitía costearlo.

Se bañó con prisa y se puso unas calzas oscuras, que marcaban demasiado sus curvas, pero eran realmente muy cómodas, agregó una remera clara con mangas delicadas y antes de salir se anudó un buzo a la cadera. Estaba bien intentar un cambio, pero tampoco tenía que hacerlo todo junto, pensó.

Llegó al hall del hotel con algo más de seguridad, la imagen que le había devuelto el espejo del ascensor pareció conformarla y comenzó a caminar sin mirar nada más que la ansiada salida hacia su propia vida.

-Indi..- oyó entonces en una voz que no lograría olvidar ni en mil años.

Giró sobre sus pies para encontrar a Franco vestido de forma informal y sonriendo como si no la hubiera ignorado hacía apenas unas horas.

- ¿En qué puedo ayudarte?- le respondió ella intentando sonar profesional, como si estuviera en su oficina en lugar de en sus vacaciones.

-Indi, yo quería explicarte que..- comenzó a decir justo cuando ella alzaba su mano para indicarle que se detuviera.

-No necesito tus explicaciones. Suerte en el desfile. - le dijo y volviendo a girar intentó dar un paso en dirección a la salida.

-Indi, esperá. ¿A dónde vas? - le preguntó tomándola del brazo con esa confianza que siempre había mostrado.

Franco la había esperado sentado allí por tres horas, se había peleado con Eric pero le había informado que no formaría parte del desfile, no le importaba perder el dinero, la vida le había dado otra oportunidad con aquella mujer y no estaba dispuesto a perderla. Al verla aparecer demasiadas dudas lo había asaltado, quería ofrecerle una buena explicación, quería que lo perdonara y le diera una nueva oportunidad, pero con solo verla las palabras parecieron desaparecer de su mente. Cayó en la cuenta de que iba vestida de manera informal, aquel atuendo no le sentaba nada mal, y en verdad agradeció no tener que seguirla hasta el lugar en el que se suponía debía estar que era en el que se llevaría a cabo el primer desfile.

-¿Por qué debería decirte a dónde voy?. -Le preguntó Indiana mirando con sus ojos achinados el lugar en el que la sujetaba.

-Indi, en verdad, lo siento, fui un idiota, no debí irme así y menos desaparecer. Puedo explicarte.. o no si no queres, pero me gustaría que me dieras otra oportunidad.- le dijo sin querer soltarla aún.

-¿Otra oportunidad? Yo no soy quien para darte oportunidades, accedí a ayudarte con tu trabajo, del que por lo que vi ni siquiera utilizaron una toma y ahora estoy intentando disfrutar de mis vacaciones. Si no te importa, me voy a recorrer lo que pueda de la ciudad en las pocas horas que le quedan al día. No sé qué es lo que buscas pero yo no soy la persona para eso.- le respondió soltándose de su brazo para volver a caminar hasta la salida.

Franco suspiró, estaba haciendo todo mal, así no conseguiría nada. Había creído ver un leve brillo en su mirada, una pequeña luz de esperanza y eso lo alentó a seguirla.

-Bueno, bueno, me expresé mal. Empecemos de nuevo, por favor- le dijo una vez que estuvieron en la vereda y ella volvió a mirarlo sin poder evitar poner sus ojos en blanco. ¿Qué era lo que buscaba? No terminaba de entenderlo y sin embargo cada segundo que pasaba lo encontraba aún más hermoso. Si continuaba persiguiendola acabaría cediendo y todo su cuerpo le demandaba que se alejara lo más rápido posible.

-Estoy de vacaciones también, no conozco la ciudad y me gustaría acompañarte en tu recorrido.- le dijo, reconociendo una duda en sus ojos claros, que aumentó su confianza.

-Hay miles de personas en la ciudad, ¿Por qué queres venir conmigo?- le preguntó sin terminar de creérselo.

-Porque sos una excelente compañía, Indi, en los dos días que pasamos juntos me divertí más que en todos mis años en Buenos Aires. - le confesó bajando un poco su mirada.

-Lo siento, no soy un payaso. - le respondió ella frunciendo sus labios con desagrado. Odiaba el lugar de amiga, ese que la hacía sentir una obra de caridad. No iba a ser su entretenimiento, menos si al momento en el que algo más pudiera pasar, él salía corriendo.

-Yo nunca pensé eso. Indi, me gusta estar con vos. -le dijo acercando su boca a la de ella y clavando sus ojos verdes en los suyos con intensidad.

Ella sostuvo la mirada y sintió el momento exacto en que había perdido su voluntad. ¿Qué estaba haciendo? Ese hombre le gustaba demasiado y le estaba pidiendo pasar tiempo con ella. A lo mejor debía aprovecharlo mientras durara, incluso si volvía a desaparecer, debía confesar que a ella también le había gustado pasar tiempo con él.

-Estamos los dos acá, con tiempo libre, no creo que sea una idea tan mala caminar un rato juntos. - volvió a decirle Franco, aprovechando aquella pausa de duda que ella le había regalado.

-¿No tendrías que estar caminando por una pasarela?- le preguntó Indiana suavizando un poco el tono de su voz, al caer en la cuenta de que todos los modelos se encontraban en la inauguración de la semana de la moda .

-Ya no. Tengo algo mucho más importante que hacer. - le respondió colocando su brazo en forma de asa insinuando que ella pasara su brazo para unirse.

Indiana volvió a poner los ojos en blanco, pero esta vez también sonrió.

-Vamos, pero sin tocarnos. - le dijo mirando sus brazos de manera divertida y comenzando a caminar con la única certeza de que aquello podría costarle demasiado caro.

¿Y si fuera cierto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora