17

358 29 0
                                    




A las 9 en punto Indiana caminaba por el lobby del hotel con su mirada dubitativa buscando al dueño de sus sueños de la noche anterior. Creía que su obsesión por la puntualidad, esa que debía agradecer a su madre, la había llevado a llegar antes. Sin embargo, al volver su vista hacia afuera pudo verlo en la vereda de pie con lo que parecían dos vasos de café en su mano.

Sin querer perder tiempo comenzó a caminar hacia la salida con una sonrisa en los labios y sus dedos entrelazados delante de su vestido. Había decidido usar uno corto en color azul marino que mostraba algo mas arriba de sus rodillas y regalaba un escote cuadrado con breteles anchos que combinaban a la perfección con las ondas doradas de su cabello.

-Antes de que digas algo, no puedo comenzar sin un café, sé que quedamos en desayunar en Brooklyn, pero te juro que lo necesito.- le dijo Franco con un gesto divertido mientras recorría con disimulo su figura enfundada en aquella prenda tan sentadora.

Indiana no pudo evitar reír, le gustaba mucho más esta nueva faceta tan natural de Franco, lo hacía lucir mucho más accesible y eso comenzaba a llenarla de esperanza. Tomó uno de los cafés con gesto de maestra de segundo grado y comenzó a caminar hacia la esquina.

-Por esta vez estás perdonado.- le dijo al pasar por su lado pero al levantar su vaso pudo leer que debajo del nombre Frank aparecía un número escrito con la misma tinta y todas esas esperanzas que creía sentir se vieron olvidadas en menos de lo que le llevó leer aquel número.

Franco había comenzado a seguirla y al ver que se detenía lo hizo también.

-Creo que la chica de Starbucks no va estar muy feliz de que me lleve este café.- le dijo Indiana estirando su brazo para devolvérselo.

Franco la miraba sorprendido, ¿cómo había logrado arruinar aquella mañana casi sin hablar? se preguntaba justo cuando tomaba el vaso y descubría aquel número.

Indiana continuaba caminando, sabía que no era culpa de Franco que alguien quisiera dejarle su número pero no lograba ser racional. Los mensajes de la noche anterior la habían alentado a creer que en verdad estaba interesado y un simple hecho de la realidad la había bajado de la nube en la que había pasado la noche. Pero entonces él apresuró su paso y se paró frente a ella. Alzó ambos vasos con sus manos y la miro a los ojos.

-Creo que desayunaremos en Brooklyn.- le dijo tirando ambos vasos llenos al cesto que se encontraba en la entrada del subte.

-No tenias que..- comenzó a decirle Indiana apenada, entendía lo que estaba intentando hacer pero no lo sentía necesario.

-No tenía, pero quería. Porque eso es lo que representa ese número para mi. Indi..- le dijo acortando la distancia entre los dos, pero ella, una vez más, lo interrumpió.

-Con no llamarla era suficiente, podrías haber tomado el café.- le dijo intentando sonar graciosa, para dar por terminado el tema. No eran nada, no tenía que darle explicaciones, no iba a convertirse en alguien que las pidiera tampoco.

Franco por fin volvió a sonreír y sin darle tiempo a escapar pasó su brazo por su cintura para conducirla hasta las escaleras que descendían hasta el subte.

-Ok, la próxima primero me tomo el café.- le dijo divertido.

-Cuánta fe te tenes.. la próxima...- le dijo ella negando con su cabeza mientras ponía los ojos en blanco y disfrutaba de aquel contacto tan delicioso.

Llegaron a la Estacion City Hall en pocos minutos y ni bien las escaleras los devolvieron a la superficie, el East River se mostró imponente ante los dos.

Era un paisaje hermoso e Indiana no pudo evitar volver a sentirse feliz. Había visto tantas veces aquel puente en las películas que estar a sus pies era una sensación maravillosa. Las dimensiones del rio, la forma del puente y los edificios enormes como marco, entregaban una vista irresistible.

Franco también estaba sorprendido, pero al girar y verla su alegría fue aún mayor.

-Veo que te encanta.- le dijo llevando su pulgar a su mejilla, esa que le daba la terminación perfecta a su sonrisa

-¿No me digas que a vos no?- le preguntó ella mientras caminaba hacia el comienzo del puente.

-¿Sex and the City?, ¿Desayuno en Tiffany's?, ¿Spiderman? No podes decirme que no te sentís dentro de una película.- le dijo Indiana motivada por esa nueva sensación narcótica que tenía producto de aquel escenario y aquel acompañante.

-Es muy hermoso, pero hay algo que me gusta muchísimo más.- le dijo mientras comenzaban a caminar por el centro del puente disfrutando del viento, algo más rudo, al pasar sobre el río.

-¿Más que esto? Mirá que dicen que la Estatua está sobrevalorada. - le dijo ella sin siquiera mirarlo, mientras continuaba sonriendo hasta con sus ojos sin terminar de decidir hacia dónde mirar.

Franco sonrió, estaba cruzando el Puente de Brooklyn, con un Manhattan de cuadro a sus espaldas y lo único que podía mirar era a la mujer que se había robado sus pensamientos.

Al no recibir respuesta, Indiana por fin giró y lo miró. Tenía los ojos verdes clavados en ella y sus labios apretados como si estuviera conteniendo sus palabras.

-Creo que sé lo que te falta para que lo veas tan perfecto como yo.- le dijo y sacando su teléfono le coloco uno de sus AirPods en su oído para darle play a la canción de Ed Sheeran llamada New York.

Franco estaba cada vez más perdido, oía los primeros acordes de aquella hermosa canción y la atmósfera a su alrededor se cargaba de un deseo irrefrenable por desahogar a su insistente corazón. No entendía qué era lo que le pasaba con ella, pero todo su cuerpo le reclamaba más.

Mientras la canción continuaba sonando, Indiana se apoyó en la baranda dándole la espalda. Había cerrado los ojos y la brisa retiraba su cabello golpeando sus mejillas sin contemplaciones.

Sin voluntad para continuar manteniéndose al margen, se acercó y la abrazó pegando su pecho a su espalda. Ella se sobresaltó al principio, pero luego giró su cabeza para encontrarlo demasiado cerca.

-¿Ahora si te sentís en una película?- le preguntó sin siquiera intentar separarse.

Franco asintió con su cabeza y se separó un poco para hacerla girar y ubicarla de frente.

-Aunque falta algo muy importante para completar la escena. Algo que vengo deseando desde que me escapé como un cobarde, algo que espero que no te aleje, porque ya no me creo capaz de estar lejos de vos.- le dijo y cuando reconoció el brillo de la anticipación en aquellos ojos claros supo que por fin lo volvía a aceptar.

Sin perder tiempo se apoderó por segunda vez de sus labios y con la sensación de que el volumen de aquella canción había aumentado comenzó a deleitarse de aquel sabor que extrañaba con cada célula de su cuerpo.

And if I Kiss you, darling, (si te beso, amor)

Please don't be alarm (no te alarmes, por favor)

Its just the start of everything (Sólo es el comienzo de todo)

If you want a new love in New York (si es que quieres un nuevo amor en Nueva York)

Y mientras las cuerdas de aquella guitarra regalaban notas exquisitas, ninguno quiso continuar luchando.

Se entregaron, por fin, a aquel beso cargado de deseo, uno que aceleró sus corazones y estremeció sus huesos, uno que sabía mucho mejor que en sueños, simplemente porque se sentía demasiado real.

¿Y si fuera cierto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora