Capítulo 42

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Cristal:

Al principio todo estaba oscuro, y cuando menos lo esperé vi la luz y luego el mismo campo de flores de la última vez, lo primero que pensé fue que estaba muerta dado que me atravesaron el pecho con una espada, pero sentí un escozor en mi cuello que me obligó a cerrar los ojos mientras me quejaba. Cuando los volví a abrir sentí como ese escozor comenzaba a quemar hasta sentirse como un fuego infernal que no pude soportar más y grité tan fuerte que creo que toda la ciudad me escuchó.

- ¡Cristal! – escuché a Yulie y en pocos segundos todo un equipo médico entró en mi habitación.

- ¡Yulie ayúdame, por favor ayúdame! – grite sintiendo como el dolor incrementaba segundo a segundo.

- ¿Qué pasa? – me preguntó mi médico.

- ¡Quema!

- ¿Dónde?

- ¡Mi cuello! – de inmediato apartaron la ropa teniendo mayor acceso a mi cuello y noté como veían mi Runa Parabatai.

- Se desvanece.

- ¿Desvanece? – escuché una voz conocida - ¿Qué se desvanece?

- ¿Inquisidora? – pregunté tranquila a pesar del dolor - ¿Inquisidora, qué me ocurre?

- Todo estará bien, todo estará bien – ella apareció en mi campo de visión y vi que estaba preocupada – respira... respira.

- ¡Duele! ¡Duele mucho! – dije sintiendo algo rodar por mis mejillas.

- Tranquila, tranquila – durante otros minutos que me parecieron una agonía total, finalmente el dolor se detuvo y volví a respirar con normalidad – ya pasó... ya pasó.

- ¿Qué pasó? – pensé que cuando escucharía su voz, me enojaría mucho, pero ahora no siento nada.

- ¿Cristal? – vi a Yulie e instintivamente llevé mi mano a mi cuello, a donde está mi Runa Parabatai.

- ¿Jonathan? – al ver su mirada de disculpa no me pude contener más y estallé en llanto antes de acomodarme en la cama hasta estar en posición fetal.

- Fuera equipo – dijo y escuché los pasos hasta que salieron de mi habitación.

- Yulie...

- Jace por favor, dejémosla sola unos minutos – le dijo antes de dirigirse a mí – llámame si necesitas algo... recuerda que... no estás sola.

- Ahora estoy más sola que nunca... con mi tío apoyando a la Reina, ya no tengo a nadie.

- Eso no es cierto... me tienes a mí, a Jayden, a Arthur... y ahora tenemos a Carlota, a Lex y, desgraciadamente, al idiota de Julian – dijo esbozando una mueca e intenté sonreír, pero no pude – y si eso no te basta... también está esta dragona que tuve que encerrar para que te dejara descansar.

De su chaqueta salió Safira en forma de ratón antes de saltar a mi cama recuperando su forma original para ir a mis brazos, la abracé con todas mis fuerzas antes de darle una pequeña sonrisa a Yulie que me correspondió antes de irse.

***

No tenía humor para hacer mucho, pero tampoco podía estar en cama todo el día sabiendo que Valentine sigue en la ciudad gracias a las Salvaguardas de los Brujos, luego de cambiarme y arreglar mi cabello de tal forma que este cubría mi cuello, salí de mi habitación. 

 

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Shadowhunters: Sin pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora