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Me desperté de golpe y abrí los ojos, mi antebrazo ardía más que antes, tanto que lagrimeaba de manera inconsciente y solo esperaba morir, no aguanto esta sensación, es como un enorme cosquilleo insoportable, mi respiración estaba demasiado agitada y sentía que me moría...
Una luz apareció en medio de la oscuridad y unos pasos apresurados se oyeron acercarse a mí, quise calmar mi respiración pero no pude calmarme, solté un quejido adolorido y derramé unas cuantas lágrimas. Los pasos cesaron y la luz se desvaneció, pude notar una sombra en frente de mi cama y me espanté. Estoy bastante chiquito para morir por culpa de un fantasma. Recordé que Em vivía asustándome con ilusiones de sombras — ¿E-Em? — Exclamé con la voz temblorosa y me arrastré hacia atrás hasta que mi espalda chocó contra el respaldo de la camilla.
Mi respiración se estancó en mi garganta cuando sentí un peso arriba de mis pies cubiertos por la manta, me asusté tanto que me cubrí completamente con las sábanas como si se tratara de un escudo, aquella sombra se acostó junto a mí y me retiró la manta lentamente — ¿Acaso era el chico ese que me ayudó cuando me encontró con el brazo todo cortado? — Me pregunté a mi mismo con ilusión, aunque no estuve en lo cierto, era el guardia dorado que parecía querer hacerme compañía, lo distinguí por ese aroma a colonia cara de hombre tan... Delicioso, claro no reconocí por si cuerpo o algo dado a que estábamos en la oscuridad.
— ¿Qué hace usted aquí? — Le susurré y él se sentó para agarrar mi brazo vendado, oí algo abrirse y luego el ruido de una botella siendo destapada, ¿Qué me va a hacer? La presión de las vendas comenzó a desaparecer y el aire inició a chocar contra mis heridas sin sanar, haciendo que suelte algún quejido del dolor.
Mis cortaduras al hacer contacto con el aire parecía que me estaban cortando el brazo completamente sin anestesia, aunque el dolor no duró mucho. Al sentir una sustancia líquida chocar contra mis profundas líneas sangrantes, me durmió todo el dolor de repente, di un suspiro aliviado para luego decir:
— Gracias.
—No me agradezca, Blight —Dijo esa voz en medio de las sombras, por primera vez me hablaba con una amabilidad jamás conocida en él —¿Se puede saber por qué de un día a otro me tratas bien, cómo si fuéramos amigos desde siempre? — Le volví a preguntar mientras que él volvía a vendar mi antebrazo, luego de terminar encendió la luz de la lámpara de mi escritorio y lo vi mejor ahora que había más luz, estaba sin aquella máscara dorada, ahora lo podía observar mejor... Quedé en shock, me lo imaginaba bastante diferente y cómo antes no lo había visto bien, sus ojos ahora brillaban y eso hizo que se me revuelva el estómago... De una manera agradable.
— Bueno... Tanto como insistes, yo recordaba a un Blight animado y demasiado positivo, ahora que pasaste de un día a otro a una personalidad más... Apagada, pues me preocupé un poco y quiero asegurarme de que te mejores. No tenemos tiempo para ser enemigos ahora que andas pasando por algo tan horrible como el suicidio de tu pareja.
Recordé la carta que me escribió, mis ojos no tardaron en llenarse de lágrimas por lo que di un suspiro y me volteé en la cama, sentí una pequeña fuerza rodeando mi cintura, bajé la cabeza y eran los brazos del guardia dorado que me estaba abrazando por detrás.
...
Esta vez no iba a tratar de follarme, ¿no?
—No me gustó que tu nuevo amiguito me haya pedido que me aleje.
Me susurró ese chico rubio al oído y yo cerré los ojos, me hacía acordar a las relaciones tóxicas de los libros que leía, sonó como una persona celosa y eso no pasó de largo para mí, sintiendo otro cosquilleo en el estómago.
— ¿Disculpe?
— Pues... No me malinterprete, yo deseaba ayudarlo, no venía a encargarle misiones-Mencionó él mientras que apoyaba su cabeza en mi espalda, yo me volteé y coloqué una de mis manos en su pelo, y me sentí en el cielo al sentir la agradable textura del rubio cabello del guardia dorado. —Es un gesto amable de su parte, pero él no es mi amigo... No lo conozco, solo me ayudó cuando... Me descubrió en el baño.
—Pues no le recomiendo que lo sea, recibo a diario quejas de los demás guardias acerca de él —Yo suspiré y mi contrario se acurrucó en mi pecho, yo me encargué de masajear su cabello y apreciar más la contextura suave.
— ¿Se quedará a dormir? — Cambié de tema y exclamé con ilusión a la vez que seguía dibujando patrones en el cabello mío... Enemigo? Conocido?? Amigo??? No lo sé, el tema aún me mareaba y me parecía increíble saber que el guardia dorado es alguien que cosecha enemigos por doquier por su maltrato a los demás. Él se negó con la cabeza contestando mi pregunta, creo, o quizá andaba frotando su rostro en mi pecho...
Sentí otro cosquilleo en el estómago, ¡mierda!... ¿Me habrá caído pesado la comida?
—No me quedaré a dormir, porque tengo tareas pendientes que me encargó el emperador, pero me quedaré hasta que se duerma de nuevo para asegurarme de que la poción funcione —sus palabras por algún motivo hicieron que otra vez sienta un cosquilleo en el estómago, supongo que de lo importante que me estaba haciendo sentir.
Volví a acurrucar mi cabeza en la almohada y el rubio siguió pegado a mi pecho y sentí como las manos de él descendían por mi cuerpo y una de sus manos frenaba en uno de mis omóplatos, mientras que la otra se frenaba en mi cadera y me apretaba con fuerza.
—¿Sucede algo? Me está apretando fuerte... — Le dije en un susurro y el guardia dorado frotó su rostro en mi pecho, mis mejillas por unos segundos ardieron y luego todo mi rostro por los nervios ¿Qué me estaba pasando? Estas cosas me hacía sentir Jerbo... Yo solo rodeo mis brazos en el cuello de ese rubio y él se encarga de abrazarme por la cintura.
Otra vez ese cosquilleo intenso.
Sería mejor que me duerma rápido.
Y eso hice, dormirme.
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¿Golden Guard..?// Goldric
FanficEl guardia dorado y yo somos enemigos desde el primer día que entré al aquelarre del emperador, no creía que era capaz de llegar a tener algo romántico con el guardia dorado y pensé que no llegaríamos ni a ser amigos, pero vaya que estuve equivocado...