[Cap. 15]

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Miraba toda la acción sin saber cómo o qué hacer, ¿Cómo es que un par de cartas llegaron a ésto? Sentí un brazo rodeando mi cintura y otro solo se posaba en mi hombro, y alguien me alejaba de la situación-Es mejor que no veas ésto... Reaccioné de inmediato y pestañeé seguido un corto tiempo. El guardia dorado oyó todo desde afuera de mi cuarto por lo visto y decidió preguntar a él cómo pasó todo ésto.

Me dejó junto a la puerta de salida de mi habitación pero al momento que quise avanzar ví como mi hermana era tomada del cabello y la navaja de Philip estaba demasiado pegada al cuello de ella, me tensé y me traté de acercar pero él alzó más la cabeza de Emira. ¡Un paso más y le corto el cuello! —dijo con tono amenazante y mi gemela solo me miraba perturbada. El guardia dorado puso su mano en mi hombro y me dio unas palmadas.

—Soy tu superior, te ordeno a que sueltes a Emira o de lo contrario deberé expulsarte del aquelarre del emperador—dijo el guardia dorado. A este punto yo ya estaba entrando en pánico y temblando. Alargó la navaja hacia el guardia dorado, al mismo tiempo que agarraba a Emira por el cabello —Y si no qué. ¿Qué va a hacer Hunter? ¿Acusarme con tus padres? Cierto, no tienes —dijo en el tono más burlesco que pudo y se rió de sí mismo, vi al dorado, no podía ver su rostro pero percibía que estaba molesto.

- O peor aún, podría dar una orden de petrificación para ti... - Exclamó él y daba un paso hacia delante, yo lo tomé del brazo y lo jalé, no quería perder a mi hermana por algo así. No quiero perder a nadie más. Se formó un silencio tenso y yo di un paso hacia delante —¿Qué debo de hacer para que no le hagas daño a Em?—. Consulté yo y sentí la mirada de los presentes de la habitación, Emira se negó con la cabeza pero volvió a quedarse quieta cuando Philip realizó un hechizo para que unas lianas le sostengan todo el cuerpo y la pegó contra la pared.

El moreno se acercó a mí y sonrió, yo estaba dispuesto a hacer lo que sea para que no le hagan daño a mi hermana, después de todo ella es todo lo que me queda... - Fácil, es solo dejar de hablar con Hunter y salir conmigo —exclamó él, podía hacer de todo menos eso.

—Ejem, no puede dejar de hablar conmigo, soy su jefe, le doy órdenes y me va a tener que hablar quiera o no por el tema del trabajo—dijo el sobrino del emperador, pero metió la pata. Frunció el ceño y me miró a mí.

—Renuncia al aquelarre del emperador Edric.

Mi vida depende de lo que yo decida, cómo detesto elegir. Odalia iba a asesinarme si renunciaba, pero no podía hacerlo, después de todo estaba enamorado del guardia dorado y no quería dejarlo de ver por nada en el mundo. Pero también está Emira, que me protegió siempre, pero siempre, y no la puedo traicionar así.

Otra punzada en el pecho, y el aire me faltaba. Philip parecía tener poca paciencia y empezó una cuenta regresiva. Moví mi cabeza hacia el guardia dorado pero parecía estar pensando. Odio ser indeciso.

- 5... 4... 3... - Decía él e iniciaba a desatar a Emira, ella tenía las manos atadas y las piernas, su nariz sangraba y tenía algunos moretones por su cuerpo, en cambio Philip tenía un ojo morado. El de tez morena puso la navaja en el cuello de Emira, una respuesta apareció al instante, pero sentí una enorme presión al ver la escena. Emira tenía sus ojos abiertos como platos y lagrimeaba de manera lenta, y fue como un movimiento lento aquél profundo tajo en el cuello de mi gemela. Su collar de perlas se rompió y las esferas se esparcieron por todo el suelo.

- No... NOO!!! EMIRA!!!! - Mi grito resonó en toda la habitación e hizo que tiemblen las paredes, mis ojos se inundaron en lágrimas y traté de acercarme a ella. Pero el guardia dorado me sostuvo por detrás y no me dejó moverme, y Philip no hacía más que reírse y sonreír al ver el cuerpo de mi gemela. Mi cuerpo pesaba y yo seguía forzándome para separarme del guardia dorado, ¿Qué me costaba haber decidido irme del aquelarre del emperador?... Todo daba vueltas, todo se sentía irreal... En la habitación se tornó un ambiente tenso luego de que Philip se haya ido gritando que mató a mi hermana.

Pude escuchar lagrimear a mi contrario, su rostro estaba cerca de mi oído. No podía verlo llorar por su máscara, pero lo sentía tanto que dolía.

No me gusta ver a alguien, mucho menos si es alguien que me gusta en ese estado. Él me soltó y yo fui directo a mi hermana que estaba en el suelo, su cuello tenía una larga y profunda cortadura, y manchaba la alfombra con aquel fluido rojo.

—Por favor... N-no te quiero perder —dije mientras me sentaba sobre mis propias piernas y cargaba a Em en brazos, su rostro estaba pálido, sus ojos ya ni brillo tenían y se sentía tan... Liviana... Me ahogué con mis lágrimas mientras le acariciaba la mejilla a mi gemela. No podía estar pasando ésto.

¿Por qué pierdo a todos mis seres queridos? La vida es una mierda. Cerré los ojos con fuerza y suspiré. No puedo verla así, en este estado, así... Sin moverse, fría...

El guardia dorado se acercó a mí y se agachó a mi lado —Debemos llevarla a la enfermería...—. Murmuró él algo entristecido y alzando su máscara para limpiarse las lágrimas con el dorso de la muñeca, negué con la cabeza y abracé el cadáver de mi gemela. Estaba tan en shock que no podía ni pensar.

Mis lágrimas seguían derramándose y cayendo en el pálido rostro de Emira, y no quería separarme de ella Después de estar tanto tiempo sin vernos ni hablarnos, no la podía perder en tan solo segundos.

—Vamos Blight... No puedes quedarte toda una eternidad con un cadáver. -

¡E-ELLA NO ESTÁ MUERTA! —le grité con la voz temblorosa y apretando las prendas de mi gemela. En realidad Emira sí estaba muerta, no tenía pulso y estaba fría como un hielo... Pero no quería admitirlo.

..... . .

Hunter estuvo como media hora tratando de separar a Edric del cuerpo de su hermana, al lograr hacerlo solo la llevaron a la enfermería, Edric estaba tan decaído y en shock que Hunter tuvo que cargarlo en brazos.

Las piernas de Edric rodeaban la cadera del rubio y Hunter solo lo tomaba de la cintura para que no se caiga, estaban sentados en unas sillas de la sala de espera de la enfermería y estaban ahí hace 1 hora. Esperaba a toda su familia para dar esa triste noticia. Hunter no habló ni un poco, dejó que Edric esté sentado sobre su regazo y llore desconsoladamente en su hombro contrario a la hombrera dorada de su uniforme. Le dolía verlo así, era tan vulnerable a ver al chico que le gusta llorar de esa manera...

El peliverde seguía en shock por lo sucedido y no podía tragarse todo lo que sucedió en tan solo segundos.

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¿Golden Guard..?// GoldricDonde viven las historias. Descúbrelo ahora