[Cap. 17]

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Hunter me llevó a mi habitación y se quedó ahí conmigo a consolarme, pero ahora no lloraba, si no que estaba en una especie de shok; mis ojos estaban abiertos como platos y reflejaban la misma nada, mi boca estaba semiabierta y mi cuerpo débil.

Creyó que debía dejarme descansar, y fue un error.

Mi mente se saturaba de tantos pensamientos, otra vez me dolía la cabeza por andar pensando de más, quería hablar de lo que sentía, pero la gente no me entendía. Nadie de mi círculo cercano entiende el dolor de perder a tu pareja (ahora ex) y pocos meses después a tu gemela.

Caminaba en completo silencio por los pasillos, quería pasar desapercibido pero los guardias no paraban de reírse de mis desgracias y apodándome con apodos que no me gustarían nombrar, pero que entiendan que duele que me digan cosas así. Yo apreté el pequeño frasco de medicamentos con mis manos y corrí hacia los baños. Había visto por ahí un caso de una bruja que se suicidó por una sobredosis al tomar muchas pastillas.

¿Podría hacer lo mismo, no?

Traté de abrir el embase pero me estaba costando demasiado quitar el seguro para niños—¡Estúpidas tapas a prueba de niños!—. Murmuré para mí mismo y seguía forzándome para abrirlo, mis ojos se llenaron de lágrimas y sólo me deseaba la muerte a mí mismo, tuve que morir yo, no mi gemela...

Por mi culpa ella estaba muerta, no tuve que hablar con ese imbécil, tuve que controlar mi enojo. Todo el odio se reprimía en mi pecho y estaba al borde de explotar, no quiero vivir más, no puedo seguir con la culpa de que Em esté muerta por mi maldita culpa. Mis ojos brillaron cuando oí el "clap" de la rosca de la botella pequeña, quité la tapa y ví todas las pastillas de su interior. Alcé la cabeza y subí mi mano con las pastillas, tirándolas de ahí y cayendo directamente a mi boca.

Cuando estaba por tragar alguien me derrumbó al suelo, tal como si fuera un "tackleo" en Rugby y yo cerré la boca para que ninguna pastilla se caiga, Hunter me sostuvo de las mejillas y me miró preocupado—¡Escúpelas!—. Me gritó desesperadamente; sus manos estaban posicionadas sobre mis hombros y apretándome. Su voz se oía nerviosa y temblorosa, y no podía verlo, dado que mis ojos estaban inundados en lágrimas.

Las pastillas caen sobre el piso, inofensivas pero ahora desparramadas por toda el área que nos rodeaba. Hunter suspiró aliviado y de manera rápida me plantó un beso, yo sigo sin procesar todo y me quedo quieto, mis ojos seguían abiertos como platos y derramando lágrimas sin parar.

Sus labios eran algo que no estaba esperando, pero una vez más, son suaves y cariñosos en el momento en que más lo necesité. Finalmente cerré los ojos y puse una de mis temblorosas manos en las mejillas de mi contraparte.
Luego de unos segundos, se separó para mirarme a los ojos —Sé que no es buen momento para besar...—. Esta vez fui yo el que se abalanzó sobre él y le planté un suave beso que no demoró en corresponder.

Todavía podía sentir ese horrible sabor de las pastillas en mi boca, lo cuál me hizo poner un par de muecas de asco. Hunter me miró y carcajeó un poco—¿Tan mal beso? Lo miré y fruncí el ceño, dándole un golpe en el pecho junto con un ligero sonrojo—¡No es eso! Pasa que tengo todo el sabor de las pastillas en la boca... Contesté y él se incorporó, extendiendo su mano para que me levante y yo tomé su mano y me levanté.

—Lo siento por tu pérdida, la muerte de alguien es algo difícil y doloroso de sobrellevar, pero no por una pérdida debes suicidarte, Blight...—. Me dijo mientras caminábamos en dirección a la salida de los baños, tomados de la mano. Sus dedos estaban entrelazados con los míos y eso me causaba un enorme cosquilleo en el estómago. Pude comprender un poco de lo que me dijo y bueno, trataré de tenerlo presente.

-...Debes ser fuerte y creer que puedes superar este momento difícil, sé que es complicado pero debes intentarlo-Sus palabras se marcaron en mi mente, lo miré a los ojos con una tierna y sincera sonrisa, me incliné hacia delante y cerré los ojos para plantar otro beso en sus labios.

Me ruborizé y me siguió besando con su misma tierna ternura. Nuestros labios se tocaron por unos segundos mágicos y después nos separamos lentamente. Entonces, viéndolo sonreír después del beso, me di cuenta de que lo había disfrutado, y me pareció tan tierno verlo así que no pude evitar sonrojarme—¿Quieres ir a comer por ahí? Como una cita o algo así—Le pregunté sin antes pensarlo, mi rostro ardió cuando esas palabras se escaparon de mi boca y no hice más que tratar de correr como un cobarde. ¿Por qué no pienso antes de hablar? Soy un inútil.

Di un grito interno cuando Hunter me agarró de la muñeca para detenerme y que no huya del lugar, me jaló hacia él y me contestó con una sonrisa grande.

—¡Claro que quiero!—. Me dijo tan feliz que sentí un hormigueo en todo mi estómago, después de todo merecía ser feliz luego de dos perdidas tan fuertes para mí, no quería pensar mucho en mi intento de tener una sobredosis, reintegro que era una idea salir. ¡Más para despejar un poco la mente!

Hunter me sonrió ampliamente, y se veía feliz de tener la oportunidad de pasar un tiempo conmigo. Pasó un brazo por encima de mis hombros y me condujo hacia mi habitación—Vamos a comer algo... Pero primero deberías quitarte tu uniforme de guardia y yo el mío, ¿no crees? En un buen punto, llegamos a mi cuarto y él me cubrió los ojos.

Resulta que todo estaba manchado con sangre todavía y roto. —Quédate aquí, arreglaré un poco tu cuarto—Dijo para sentarme ahí junto a la puerta de mi habitación, me quedé quieto ahí y tratando saliva, aún me atormentaba ese horripilante sabor de las pastillas.

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¿Golden Guard..?// GoldricDonde viven las historias. Descúbrelo ahora