¿Golden Guard..?// Goldric

[Cap. 03]

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Al día siguiente encontré una nota en mi escritorio con una letra cuál reconocí al instante.

«𝒮ℯ𝓃ℴ𝓇 ℬ𝓁𝒾𝓰𝒽𝓉, 𝒱ℯ𝓃 𝒶 𝓋ℯ𝓇𝓂ℯ ℯ𝓃 𝓂𝒾 𝒽𝒶𝒷𝒾𝓉𝒶𝒸𝒾ℴ𝓃 𝒶 𝓁𝒶𝓈 ⁰⁷﹕¹⁵ 𝒜ℳ»
                     «𝒫𝒟:𝒢𝓊𝒶𝓇𝒹𝒾𝒶 𝒟ℴ𝓇𝒶𝒹ℴ»

Una letra en cursiva escrita en tinta verde esmeralda sobre una hoja amarillenta. Debía ir a la habitación del guardia dorado, lástima que aún no conocía de memoria el castillo y sólo me quedé inmóvil en la puerta de la sala de guardias, esperando a que venga por mí, me puse en modo tieso por si pasaba algún líder de aquelarre y me preguntaba él por qué estaba sin hacer nada, y yo le contestaría que estoy haciendo guardia... O no sé, no soy bueno mintiendo. A eso de las 07:55, el guardia dorado vino a la sala de guardias y me vio posicionado junto a la puerta, duro como un soldado.

— ¿Qué haces aquí? Le he dicho que vayas a mi habitación —Preguntó él. Yo me encogí de hombros y suspiré para luego contestar sinceramente: —Es que no sabía dónde quedaba y no me quería perder.

—¿Aún no conoces el castillo de memoria? ¡Qué imbécil!

— ¿Un ""halago"" por parte del guardia dorado? ¿Qué lindo?—dije con tono burlón y sonriendo con picardía por debajo de la máscara de guardia. Él me alzó la mano para intentar golpearme, pero yo me cubrí todo el rostro con mis brazos para defenderme del posible ataque, y el guardia dorado no me hizo nada, ya que justo había dado un pequeño grito al sentir que ese tipo de reloj extraño que usamos aquí en las islas hirvientes le clavó los dientes en su brazo, y me quedé tieso al ver que me ordenó ir a ese lugar el reverendo botón.

Sentí una punzada en el pecho, una sensación de que algo iba mal y mi novio, Jerbo, pasó por mi mente como si hubiera pasado algo profundamente grave.

Quizás yo estaba exagerando; pensaba que al estar unas cuantas semanas en el hospital podría haberle pasado algo por mi ausencia al estar internado en el hospital. Decidí saltarme las misiones otra vez para ir a visitar a mi novio, ya que aún teníamos cosas pendientes, acomodé mi uniforme y me alisté para verme mucho mejor que antes. Salí directo a la casa de Jerbo con cuidado de que nadie me vea huir del castillo.

Titán está nervioso, ya que no sé cuál sería su reacción al verme otra vez después de 2 meses sin tener ningún tipo de contacto. Golpeé la puerta y esperé pacientemente a que me abran, y mi corazón dio un vuelco al ver que me abría una señora de cabello castaño y unos ojos amarillentos, que parecía bastante pálida de lo que recordaba y busqué por encima del hombro de esa mujer a mi novio con la mirada

—¿Está Jerbo? —Pregunté luego de unos segundos sin ver a mi novio en el living de la casa de mi suegra. Mientras los ojos de ella se cristalizaron y mi pánico cundió, la madre de mi novio me abrazó y rompió en llanto, mojando mi hombro con sus saladas lágrimas.

— Jerbo se ha suicidado hace dos semanas... — Sus palabras resonaron en mi mente y quedé en shock, me separé del abrazo para entrar a la habitación de Jerbo, lo busqué por toda la casa y no lo encontré, mi respiración se puso pesada por los nervios...

Fui directo al closet de él y lo abrí, encontrando todas sus prendas, lo busqué entre cada tanda de ropa y no lo encontré, y una carta de un color verde oscuro idéntico a mi pelo cayó de un bolsillo del uniforme de Hexside.

Me agaché rápido para agarrarla.

«Edric;»

Realmente no se como comenzar esto... Estoy cansado todo el tiempo, me duele pensar. Mi cabeza estalla, y yo realmente pensé que podría afrontarlo... pero no, no puedo. Soy débil. Mi mente es débil, mi cuerpo es débil, mi alma es débil. Tanta información no es buena para mi cabeza. Joder, quiero descansar eternamente, las cortadas no son suficientes, las pastillas no son suficientes, los 'hobbys' no son suficientes. Yo no soy suficiente. Morir... ¿Morir es lo más fácil verdad? Sueno cómo un puto cobarde, pero es lo que soy realmente. ¿Qué otra alternativa tengo? La vida es pura mierda. ¿De qué sirve vivir? No sirve de nada y menos conmigo vivo.

Edric Blight, mi hermoso y único novio... Yo no te merezco. Mereces algo mejor, yo no soy mejor. Yo no sé nada. Soy una molestia. Mi madre dice que no soy una molestia, pero puedo oírla llorar todas las noches preguntando al titán por qué estoy tengo inseguridad... esa palabra resuena en mi cabeza. La mejor cura para mis inseguridades es la muerte. Por eso... decidí matarme en el lugar más preciado para mí, el bosque, donde me declaraste tu amor y compartimos nuestro primer beso, ese lugar especial en donde antes de que te obliguen a entrar al aquelarre del emperador ibamos siempre luego de las clases a demostrarnos nuestro afecto sincero y tierno. Pero ahora que estoy internado en el castillo del emperador por culpa de ese estúpido dragón no le encuentro sentido a la vida y apenas puedo controlar lo que pienso y hago... Tengo una enorme dependencia emocional y contigo cerca podría ignorar todos mis problemas y el hecho de que mi padre me abandonó a mí y a mi madre... Últimamente estoy pensando que él nos abandonó por mi culpa... Porque soy un fracasado y merezco morir.

Claro que fue mi culpa. ¿Quién querría tener un hijo tan fracasado como yo? Soy un desastre. Por eso él se fue. Y mamá llora por él, llora porque nos abandonó, llora por mi culpa. Por eso... decidí acabar con mi vida esta noche.

Edric, nunca olvides lo mucho que te amé y por ti hice un último esfuerzo de seguir con mi maldita vida pero no merezco vivir, porque no sirvo. Espero que tengas una vida maravillosa y que seas feliz sin mí, que sepas que fuiste una experiencia única que me hubiera gustado que durase mucho tiempo más y que me hizo sentir que de verdad me amabas, sin ver lo que estaba haciendo ni pensar en si era correcto o no. Ten una buena vida, te cuidaré desde el más allá...

Con mucho amor. «Jerbo»

Releí no recuerdo cuántas veces la nota y mis ojos se inundaron en lágrimas. Es mi culpa, si no hubiera hecho todas las estúpidas misiones, no hubiera tenido el castigo del guardia dorado de tratar de conseguir el corazón de un inútil dragón... O quizás de no saber defenderme, solo conocía hechizos de ilusiones y no más que eso. Suspiré en un intento de agarrar aire, aunque no podía, mis lágrimas no caían y quedaban atoradas en mi lagrimal, me dolía la garganta y solo sentía unas enormes ganas de gritar. Quería retroceder el tiempo e impedir que se me atrasen las misiones. Cubrí mis ojos mientras que un intenso dolor de cabeza me iniciaba a aturdir, me niego a creer que mi Jerbo está muerto y que se murió, es una broma de mal gusto.

Salí de la casa de mi pareja... O bueno, mi ex-pareja y huí a Hexside, mientras corría mi capa ondeaba detrás mío, las lágrimas caían de mis ojos y recorrían mis mejillas, irrumpí en Hexside con rapidez, busqué con la mirada a Jerbo o a su grupo; Viney, esa chica de cabello castaño con fleco y un moño desordenado sujeto por un lazo para el cabello de color naranja oscuro y con unos ojos color verdes. O a Barcus, un perro con cara de mago que está cubierto de pelaje castaño con pelaje marrón claro en el área del estómago y el cuello. Tiene mechones de cabello de color naranja oscuro en la cabeza. Logré distinguirlos en la lejanía; los pasillos estaban abarrotados de adolescentes de mi edad. Algunos se hacían a un lado para dejarme pasar al ver mi uniforme de guardia del aquelarre más importante de las islas hirvientes, ellos dos estaban con una mueca triste y una fuerte punzada evadió mi pecho, impidiendo que respire. Viney notó mi estado y me abrazó para consolarme, y yo solo rompí en llanto a la vez que correspondía al abrazo entre lágrimas.

Volví al castillo en shock y me dirigí a mi habitación para encerrarme con llave, me tumbé en mi cama y me puse a llorar en silencio, me dolía saber que Jerbo no estaría más a mi lado y me va a costar vivir sin él, ya que no estaba acostumbrado a hablar absolutamente todos los días con él. Solamente seguí llorando hasta que a eso de las 6 de la tarde de ese mismo día me quedé dormido por el dolor inmenso de cabeza y la respiración lenta...

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