☀️ CAPÍTULO 8 ☀️

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NEIZAN

Llevaba tanto tiempo sin sentirme desconcertado que ahora no sé como actuar. Realmente no sé que es lo que me tiene tan confuso. Supongo que me adapté muy bien las primeras semanas y el gran cambio está viniendo ahora.

Echo de menos a mi mejor amigo, el clima mediterráneo y los lugares donde trabajaba. Estoy muy agusto en el empleo de ahora, sobretodo con la compañía de Lexie, pero a veces se hace un poco repetitivo ver a la misma gente todos los días. No aparecen caras nuevas como en los hoteles turistas y el ambiente siempre es el mismo.

– Hola – Livvie aparece en la cocina. Va hacia el grifo y empieza a rellenarse una botella de agua - ¿Dónde está mi madre? Necesito preguntarle algo.

– En una reunión de trabajo, no tardará mucho en llegar. ¿Puedo ayudarte yo?

– Lo siento, pero esta vez no me sirves – me mira con una sonrisa de disculpa – No te lo tomes mal, pero me sé tu respuesta.

– Vaya. Nunca he querido ser un chico predecible. Me gusta más el misterio.

– Lo predecible siempre da seguridad. Tómatelo de manera positiva.

Sonríe mientras comienza a prepararse un chocolate caliente, como cada mañana. Hoy no tiene clases por ser sábado y podrá disfrutarlo en vez de engullirlo como hace cada día de la semana.

La puerta suena y me levanto a abrir para que no interrumpa su tarea. Me quedo confuso en cuanto veo a un chico más o menos de mi edad plantado frente a la puerta, con cara de circunstancias y mirándome de arriba abajo.

– Hola... ¿Te has perdido? - lo miro.

– No. ¿Por qué me iba a perder? - frunce el ceño.

– Y... ¿necesitas algo? - pregunto más confundido aún.

– Que me dejes entrar estaría bien.

– ¿Por qué iba a hacer eso? No sé quien eres.

– Eddie. Encantado – me ofrece su mano.

Sacudo la cabeza, aclarándome las ideas. No entiendo nada.

– ¡Eddie! - Livvie aparece a mi lado y se engancha al cuello de este... ser humano extraño - ¡Por fin has venido! He preparado el desayuno para los dos.

– No sé si tu... colega me dejará entrar. No parece estar por la labor – me mira.

– Eddie – lo reprende, avergonzada – No es mi colega. Es Neizan.

– Lo sé. Pero él no sabe quien soy yo. Podrías haberle hablado de mi ya que tanto me quieres – le lanza una mirada recriminatoria.

– Oh, llevas razón – se gira y me mira con media sonrisa – Eddie es mi hermano mayor. Bueno, el único hermano que tengo – se ríe y luego se tranquiliza - ¿Lo dejas pasar?

Enarco mis cejas perplejo. Si Eddie es su hermano y mi novia es su madre...

– Espera – lo miro desconcertado - ¿Tu madre...

– Mi madre no es Briar. Solo compartimos padre. Te puedo contar la historia, pero preferiría hacerlo en un sitio en el que no se congelen mis huevos.

– Ah... ¡Si, claro, perdona! - exclamo atropelladamente – Pasa.

Lo guío hacia la cocina mientras su hermana deja el desayuno en la mesa.

– Tu también puedes comer – me mira con una sonrisa.

– Gracias, aunque... me he levantado con poco apetito.

AMOR ATREVIDO E INGENUO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora