☀️ CAPÍTULO 10 ☀️

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NEIZAN

No me gusta huir de los problemas por el simple hecho de que luego se acumulan y acaban estallando de la peor forma posible. Siempre me he enfrentado a cada acontecimiento, pero las últimas diferencias con Briar se me están haciendo cuesta arriba.

Han pasado dos días desde que volví a irme de casa. Es la segunda vez que lo hago en toda mi vida, y me sorprende por no saber gestionar nada de lo que está pasando.

Quiero hablar con ella, quiero expresar lo que siento y quiero poner las cartas sobre la mesa, pero siento que no va a servir de nada, o por lo menos, no a la larga.

Las veces que me he ido en el tiempo que llevo aquí han sido con el fin de poder pensar con claridad y no alterarme más de lo que he demostrado. No me gusta solucionar los problemas a base de gritos y malas palabras, y es por ello que he preferido desaparecer antes de que pudiera hacer algo de lo que luego me arrepintiese.

– Neizan – Briar me intercepta en cuanto abro la puerta de casa – Tenemos que hablar. ¡Te vas días de casa y ni siquiera me dices dónde estás! - estalla, con los ojos llorosos - ¿Sabes cuantas cosas malas se me han pasado por la cabeza? ¡Livvie también desaparece igual que tú y nadie me da explicaciones!

– ¿Ahora te preocupas por tu hija? - la rodeo, manteniendo la calma.

– ¡Merezco saber dónde...

– De mi puede que merezcas algo, pero de ella no mereces nada – la corto – Pero no te preocupes – entro en la cocina y comienzo a prepararme un buen café, muy cargado – A partir de ahora tendrás que cambiar de actitud si quieres seguir mereciendo cosas buenas de mi parte.

Suelta un jadeo, pareciendo impresionada y sorprendida a la vez.

– ¿Me estás chantajeando? ¿Por una cría que no conoces?

– Mira, Briar – empujo su espalda suavemente y hago que se siente en la silla. Me siento frente a ella y le hablo con toda la sinceridad que puedo – Me da igual si la ves como una cría, como una niña, como un bebé, o como una abuela. Creo que es demasiado absurdo discutir sobre como es Livvie en realidad. Lo única condición que te pongo es respeto. No quiero que hagas de madre, amiga o cualquier cosa que implique estar o acercarte a ella. Pero el respeto es la base para que podamos vivir tranquilos en esta casa.

– Siempre he tenido respeto hacia ella – se cruza de brazos – No le he hecho nada malo, que yo sepa.

– Tus comentarios hacia ella van cargados de veneno. Y no solo hacia ella, sino a cualquiera que aparece de su entorno.

– Esta conversación si que es absurda – se rasca los ojos, agotada – Te dije que mi manera de tratar a mi hija era única y exclusivamente mía. Puedes ser mi pareja, pero entre relaciones familiares, no tienes ni voz ni voto.

– Oh, sí que tengo – sonrío, seguro de lo que voy a decir – Porque el respeto que estoy pidiendo es de una persona a otra. Me da igual que sea tu hija o una desconocida. Pido respeto como humana que es. Pido que se la trate como se le debe tratar a todo el mundo con nobleza y buen corazón.

– Buen corazón... Neizan, no sabes lo que dices.

– O te comportas como una persona adulta – omito la respuesta mordaz a su comentario – O nuestra relación se acaba aquí y ahora.

– ¿Después de todo lo que hemos conseguido? - pregunta escéptica – No me puedo creer que me estés dando un ultimátum por...

– Soy una persona justa, y no pienso aguantar más faltas de respeto. Eché a su novio de casa por como hablaba de ti, pero eso no significa que vaya a aguantar tus desplantes. No la mires, no le hables si no quieres. Simplemente deja que ella haga su camino.

AMOR ATREVIDO E INGENUO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora