❄️ CAPÍTULO 20 ❄️

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LIVVIE

– ¡¿Lo besaste?!

– ¡No chilles! - me abalanzo sobre ella.

– ¡¡¡¿¿¿LO BESASTE???!!!

– ¡DEBORAH!

Suelta una carcajada histérica y yo me hundo más en la miseria. Me echo las sábanas de su cama por encima hasta cubrirme entera. Luego, intento asfixiarme con la almohada.

– ¡No me lo puedo creer!

– Quiero tener una muerte dolorosa y lenta.

– No hagas el tonto, te vas a ahogar de verdad – me aleja la almohada, dejándome al descubierto. Jadeo un poco mareada y vuelvo a llorar - ¡Livvie! ¿Tan mal fue para que lleves llorando noche y día? ¡Y yo que pensaba que te dolían los ovarios por haberte bajado la regla!

– Me duelen los ovarios – le doy la razón, hipando – Pero... pero...

No soy capaz de pronunciar más de unas cuantas palabras seguidas sin trabarme con mis propios sollozos. Vuelvo a meter la cabeza debajo de las sábanas, escondiéndome.

Entre lágrimas, le explico como fueron los hechos. No han pasado ni un día completo, pero sí suficientes horas como para que me hubiese calmado. No ha sido el caso; llevo de esta manera desde que mi amiga me acogió en su casa anoche.

– ¡Es todo tan fuerte! - se cuela debajo conmigo y me da un beso en la nariz – Me sorprende mucho que tomases la iniciativa, Livvie. ¡Eso es un paso muy grande! No debes tener tu vida tan controlada y está guay hacer cosas inesperadas. Tu cuerpo está reaccionando ante lo desconocido, es normal.

– ¡No es guay cuando las consecuencias son terribles! - exclamo.

– Es solo una motivación más para dejar a tu novio y mandar a la mierda a Briar.

Nada mas escuchar su nombre, tiemblo de pies a cabeza. Mi amiga lo ve fácil porque... porque no sabe nada de nuestro pacto, de su amenaza y de como debe ser mi verdadero comportamiento. Ella se ha quedado en la parte en que Neizan me provoca sensaciones nuevas y nada más. Y ojalá fuera eso. Ojalá su vida y la mía no dependieran de... ella. Y si se llega a enterar...

Salgo de la cama de un tirón y voy hasta su baño para vomitar. Tengo el estómago revuelto: la ansiedad y la regla no son una buena combinación.

– Ay, Livvie – se acerca con la voz más calmada. Se agacha a mi lado y traza círculos tranquilizadores sobre mi espalda – Lo siento. Es verdad que es un marrón. No me hagas caso, yo todo lo veo demasiado fácil.

– No lo es – le aseguro, entre arcadas – No tenemos ningún futuro.

– Quizá ahora no... pero en un tiempo...

– No, Deborah, nunca – insisto – Aunque mi madre sea una zorra o como quieras llamarla... no puedo hacer eso. No me considero la clase de persona
que arrasa con las parejas de los demás. Mucho menos con la de ella.

– Si tú tuvieras un novio algo más mayor y a tu madre le gustase... no tardaría ni dos días en camelárselo. Ella no miraría por ti.

– Yo no soy como ella. No quiero serlo.

Tiro de la cisterna y me apoyo en la pared para que el frío de los azulejos me traspase los huesos. Estoy abochornada y con la sangre hirviendo.

– ¿Por eso te has quedado conmigo? ¿Para no enfrentarte a la situación?

– Básicamente – asiento – También me gusta estar contigo, que conste.

– De eso no cabe duda. Pero... - me abraza de lado y me mira a los ojos a través del espejo que tenemos en frente – Huir de los problemas no van a hacer que
desaparezcan. Vamos a pasar el día juntas y mañana volverás a casa, ¿si?

AMOR ATREVIDO E INGENUO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora