☀️ CAPÍTULO 19 ☀️

165 16 8
                                    

NEIZAN

Después de pasarme medio día metido en el bar, por fin termina mi turno de trabajo y puedo salir a respirar. No sabía que se iba a llenar tanto en el periodo de vacaciones.

De verdad pienso que la gente no tiene nada mejor que hacer que venir aquí a pasar el rato, con amigos o incluso solos. Muchos adultos vienen junto a sus ordenadores para pasarse las horas trabajando y habiendo pedido tan solo un café en todo el rato.

Si mi jefe lo pensara con claridad, vería que no sale rentable. Ese tipo de personas nos quitan espacio para otras que realmente van a amortizar más la visita en cuanto a economía. Sin embargo, a pesar de lo que pienso, lo único que puedo hacer es ver, oír y callar. No puedo meterme en decisiones que le pertenecen al dueño.

Antes de ir a casa, me paso por casa de Lexie. Ahora ella está de vacaciones, cobrándose todos los turnos que me hizo a mi en su momento. Es justo y envidiable a la vez, porque no sabe la suerte que está teniendo y la de gente que está evitando.

– Vaya cara traes... - murmura al abrirme – He hecho una merienda especial; seguro que traes hambre después de todo el turno interminable.

– Gracias – beso su mejilla – Aunque la verdad es que estoy comiendo poco últimamente. Pero haré hueco para tu comida.

– Los desamores siempre hacen perder apetito – me lleva hacia la cocina - ¿Quieres merendar primero y hablar después?

– Puedo hacer las dos cosas a la vez.

No nos andamos con rodeos, una vez sentados frente a la chimenea, comienzo a contarle todas las novedades de los últimos días, que no son pocas.

Tan solo sabía que estaba pasando por un mal momento con Briar, pero ahora es cuando le estoy explicando con lujos y detalles todo lo que siente mi corazón y piensa mi cabeza.

Tengo el apoyo de mi amigo para contar con él y poder abrirme en canal, pero está tan lejos que a veces pienso que necesito a alguien aquí. Y no voy a encontrar a nadie mejor que Lexie; además, aunque no me hubiese desbordado el tema, tenía ganas de contárselo para tener una opinión ajena más.

Hablándole, me doy cuenta de que no sé cuál es el tema más difícil de abordar: el hecho de que le hayan diagnosticado una enfermedad a Briar, el no poder dejarla sola en esta situación tan vulnerable, que Livvie se haya vuelto en mi contra – con amenazas de por medio – y no quiera saber nada de mí, o que... esté enamorado de ella hasta las trancas.

– ¿Qué harías en mi situación? - pregunto al ver que se ha quedado callada después de que haya estado haciendo un monólogo por más de media hora.

– Yo... metería la cabeza en un váter y tiraría de la cadena hasta perder el conocimiento y morir por falta de oxígeno.

– Si la única solución es la muerte, prefiero escoger otra manera de suicidarme.

– Dejando las bromas a un lado...

– Sí, por favor.

– ... creo que primero empezaría por Briar. Parte de la solución está en dejarla.

– Lo hice. O al menos lo intenté – le recuerdo – Pero... ¿Cómo dejarías tú a una persona que está en su peor momento y te ruega cada noche y cada mañana que no le abandones porque eres lo único que tiene?

– Yo sé que es complicado, pero facilitaría mucho las cosas.

Niego con la cabeza, descartando la solución por el momento. La única vez que tomé la decisión, le dio un jamacuco. Si volviera hacerlo, tal y como está, estoy seguro de que la enterraría. Y bastantes problemas tengo ya como para cargar con una muerte encima.

AMOR ATREVIDO E INGENUO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora