☀️ CAPÍTULO 22 ☀️

179 17 0
                                    

NEIZAN

Llevo una semana sin hablar con Livvie. A veces intento conversar con ella, pero no me dirige la palabra y hay veces que incluso aparta la mirada. Pasa muy poco tiempo en casa, mucho menos de lo que ya lo hacía. Y me temo que seguiré sin verla porque justo hoy ha empezado las clases de nuevo.

Comprendo su enfado, pero ella también debería comprenderme a mi. Lo último que quería era ponerla contra la espada en la pared y, evidentemente, la habría alejado de Clark si hubiese visto indicios de que pudiera hacerle daño. Era cuestión de tiempo que ella se diese cuenta; esa clase de golpes no pueden disimularse, ni en mi cara ni en su mano.

Quise decirle que fue muy valiente al dejarlo, pero no me ha dado la oportunidad. Aún así, me he visto reflejado en su decisión y me ha dado valor para decidir yo también.

Briar ya está mejor del susto que le pegó la enfermedad y no tengo porque esperar más tiempo. No aguanto un minuto más con ella. No después del momento tan intimo que compartí con Liv. Como nos besamos, como nos fundimos... definitivamente, estoy perdiendo el tiempo sin luchar por ella.

– Cariño, no estás comiendo nada – señala Briar todo el desayuno.

– Con el café tengo suficiente – carraspeo – Tengo que decirte algo.

El camarero viene para preguntar si necesitamos algo más, pero niego con la cabeza y le pido amablemente que nos deje solos. Estamos en una cafetería en el pueblo de al lado porque ha querido venir a desayunar conmigo, según ella, para hacer algo diferente. Voy a aprovechar que estamos en un sitio público para que no pueda envalentonarse ni formar un pollo de los suyos.

– Te has recuperado muy bien, Briar – le digo, ella atenta a mis palabras – Ya ni siquiera tienes que llevar la bomba de oxígeno. No he sacado el tema en estas semanas porque no era momento, pero creo que ha llegado.

– ¿De qué tema estás hablando? - frunce el ceño, totalmente descolocada.

– Antes de sufrir el ataque, lo estábamos dejando – le refresco la memoria.

Estoy nervioso, pero me mantengo lo más calmado posible.

– Ah, fue solo una simple discusión – sacude su mano, quitándole importancia – Ahora estamos mejor que nunca. Además, estoy recuperando la relación con mi hija aunque eso haya significado alejarse de ti...

– No fue una discusión – la corto, dejándola con la boca abierta – Y no menciones a Livvie. Su relación con nosotros no tiene nada que ver.

– Fue una pelea como muchas otras hemos tenido – me coge de las manos.

– No soy ningún crío al que puedas ningunear – me alejo de su toque. Mi voz sale completamente fría; tanto que ella misma se da cuenta y comienza a mirarme con recelo – Estoy cansado de que no me tengas en cuenta. Te lo dije, y no me retracto. No quiero seguir contigo. No funcionamos.

– Neizan... - suspira y cierra los ojos – Seguro que hay algo que podemos...

– No. No podemos hacer nada para arreglarlo. Esta vez no hay vuelta atrás.

– Cariño – los ojos se le llenan de lágrimas – Te quiero tanto... No...

– Lo siento – trago duro, dándole un apretón en la mano – Te aprecio, Briar. Y me has llegado a hacer feliz. Pero... hasta aquí. Esto se tiene que acabar.

– No voy a poder estar sin ti – solloza, agachando la cabeza – No quiero...

– Eres una mujer fuerte e independiente. Claro que podrás – la animo.

AMOR ATREVIDO E INGENUO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora