❄️ CAPÍTULO 21 ❄️

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LIVVIE

Gimo sobre su boca cuando me alza con solo una mano sobre su cuerpo. Lo rodeo con mis piernas y seguimos besándonos con ferocidad y ansia. Nos convertimos en una pelea de lenguas y dientes. Lametones y mordiscos. Jadeos, gemidos y respiraciones entrecortadas.

Una punzada de placer en mi sexo me hace gemir de nuevo. Él se aprieta más contra mi, mostrándome la dureza que esto ha provocado.

– ¡Neizan, cariño, ¿dónde estás?!

Nos separamos bruscamente con los ojos abiertos de par en par. El miedo se apodera de mi en cuestión de segundos, provocándome náuseas y temblores. Briar está abajo y ni siquiera hemos escuchado la puerta.

– ¡En el baño! - grita acelerado, mientras me deja en el suelo – Vete, corre.

– Mierda, mierda y mierda – jadeo, dando vueltas sobre mi misma.

– Quédate en tu habitación un buen rato. ¡Vamos! - susurra.

Sé que la hemos cagado en cuanto abro la puerta y Briar está frente a ella. Las facciones de su cara son completamente indescriptibles. Tan solo tiene un pequeño tic en el ojo; una reacción de puro nerviosismo.

Yo jadeo mientras me echo hacia atrás y me choco contra el cuerpo de Neizan. Estoy horrorizada.

– Briar, no es lo que piensas – Neizan se interpone entre nosotras, con la voz temblorosa y los pasos titubeantes – Me estaba curando las heridas.

– Te avisé – me mira por encima de su hombro. Dibuja una sonrisa que se convierte en diabólica cuando se mezclan con las lágrimas que se le escapan – Te advertí y no me has hecho caso. Vivirás con esto para el resto de tu vida.

Suelto un grito desgarrador cuando saca una navaja de su bolso y se abalanza contra Neizan. La sangre comienza a salir a borbotones de su abdomen.

Caigo al suelo de rodillas, sin fuerzas para aventurarme a protegerlo. Briar sigue clavando la navaja en su cuerpo, tantas veces que Neizan cae al suelo, muerto.

– ¡NO!

Me incorporo de la cama, abriendo la boca para buscar aire y no asfixiarme. Es la segunda vez que me despierto en toda la noche a causa del mismo sueño. La vida de Neizan acabándose por mis malas elecciones. Una y otra vez. No lo soporto.

Salgo a rastras de la cama, y sin llegar a ponerme de pie, gateo hasta el baño para poder vomitar por tercera vez en las últimas ocho horas. Ayer no salí en todo el día de mi habitación desde nuestro encuentro. No me atreví a mirar a ninguno a la cara.

– Vamos, Livvie – me susurro a mi misma, entre arcadas y sudores – tranquilidad. Sin calma no puedo solucionar absolutamente nada. No puedo hacerlo sin dominar el miedo. Fuerza, fuerza, fuerza.

Media hora más tarde y después de una ducha helada, me visto y salgo de casa. Son las ocho de la mañana, pero me da igual. Tengo que empezar a tomar decisiones correctas, y la primera de todas es dejar a mi novio. No se merece esto por mi parte, y desde luego que yo tampoco quiero seguir sintiendo que le fallo una y otra vez. Por no hablar del simple hecho de que no somos el uno para el otro.

Llego a su casa y me paro en la puerta para respirar después del trote que me he pegado. Él no madruga a no ser que sea necesario, pero justo hoy está despierto quitándose un trabajo de clase para la vuelta de vacaciones.

Coco ha venido conmigo ya que se ha abalanzado varias veces sobre mi al abrir la puerta de casa. Ayer lo desatendí y está desesperado; no he tenido más remedio que sacarlo. Igualmente, no tendrá que esperar mucho. Espero que sea algo rápido.

AMOR ATREVIDO E INGENUO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora