AMOR ATREVIDO E INGENUO [TERMINADA]

❄️ CAPÍTULO 36 ❄️

CAPÍTULO FINAL !!!

Quedan dos epílogos más.

Espero que os haya gustado la historia ❤️

LIVVIE

La espera ha llegado a su fin. Me encuentro sentada donde mismo estaba hace más de un mes. Sobre el banco de madera, con mi hermano a un lado y mi abogado detrás.

A mi lado izquierdo, Briar se encuentra, sola de nuevo. No me ha mirado ni una sola vez y lo agradezco. Yo tampoco me atrevo a hacerlo por miedo a romperme. La decisión que tomen hoy sobre nosotros marcará nuestro futuro de por vida.

A mi lado derecho, está sentado Neizan, con la mirada clavada al frente. Lexie y su abogado le acompañan al igual que la última vez. A diferencia del primer día, hoy viene bien vestido y peinado. No hay capuchas que le oculten la cara. Tampoco ojeras que le hagan ver un aspecto derrotado o demacrado. Está entero y muy vivo.

Lo miro con tanta intensidad que se da cuenta y me mira de reojo. El corazón se me acelera cuando me dedica una sonrisa real.

– Tranquila – vocaliza con sus labios, sin emitir sonido – Todo saldrá bien.

Asiento, tomando una respiración honda y llevando mi vista al frente, donde el Juez principal y el que lleva la causa, comienza a hablar.

– Bienvenidos de nuevo. Esta vez, el juicio se hará por el proceso abreviado. Esto quiere decir que los testigos no tendrán ni voz ni voto y solo se escucharán a las partes afectadas. Livvie, por favor, suba al estrado.

Trago en seco al ser la primera. Mi hermano me da un beso fugaz y acato la orden.

– ¿Sigue usted manteniendo sus antiguas declaraciones?

– Si, lo mantengo – respondo.

– ¿Hay algo nuevo que desee aportar?

– Si. Mi madre, Briar, incumplió la orden de alejamiento – las palabras escuecen en mi lengua, porque si soy honesta, Neizan y yo también la hemos incumplido. Pero él y mi familia me han dejado claro que un hecho no tiene nada que ver con el otro. Las acciones no han sido las mismas – Me interceptó una noche y... me golpeó, y por último, me amenazó.

Le explico con lujo y detalles como fueron los hechos. La voz me tiembla, pero no hay nada que pueda pararme. No puedo tenerle miedo. Ahora no, porque si no cuento la verdad, entonces la ley jamás se pondrá de mi parte. Tengo que dar toda la información necesaria.

– Gracias, Livvie, puede tomar asiento de nuevo.

Mi hermano tiene lágrimas sobre las mejillas, y en cuanto vuelvo a su lado, lo abrazo.

– Lo siento – le susurro – No pude contártelo. Neizan me ayudó, no te preocupes. Lo siento de corazón. No quería poneros en peligro a ninguno de los cuatro. Era mejor guardar silencio hasta hoy.

Asiente, sin ser capaz de decir una palabra.
El Juez llama a Briar para declarar.

– Briar, ¿mantiene usted las declaraciones que le han llevado hasta aquí?

– Completamente, señoría. Mi versión es la real y sigue siendo la misma.

– ¿Hay algo que quiera desmentir? ¿Aportar?

– Lo que mi hija ha dicho es completamente mentira. Un invento. De ser así, habría conseguido alguna prueba. No se le puede creer si no lo demuestra. Y sin falta de pruebas, no se me puede juzgar. No tengo nada más que aportar.

Se sienta de nuevo, completamente seria y fría. Yo me lamento internamente, porque lleva razón. ¿Por qué debería creerme el jurado si no tengo nada más que palabras para aportar? Sin evidencias, es muy difícil que la justicia se ponga de mi parte.