☀️ CAPÍTULO 11 ☀️

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NEIZAN

– Voy a estar todo el día fuera, cariño – Briar se cuelga su bolso sobre el hombro y se acerca para darme un beso suave – Se acerca la temporada fuerte de trabajo y no puedo perderme ninguna reunión. Luego no me entero de los viajes que tengo – se ríe, también mirando a Tyson que está sentado en la mesa de la cocina.

– Claro, no te preocupes – le doy un abrazo de despedida – Le enseñaré a Tyson el bonito pueblo donde vivimos – le guiño el ojo bromeando.

– ¡Pasadlo bien!

Sale de la casa y yo me dejo caer al lado de mi amigo, frotándome los ojos con pesadez. He dormido regular, y no haber comido desde ayer no ayuda para mi cansancio. Tengo el estómago revuelto.

– Neizan – mi amigo palmea mi pierna haciendo que lo mire - ¿Qué te pasa? Estás tenso desde que Briar te pidió matrimonio ayer. Llevas soñando con ese momento mucho tiempo – me mira extrañado.

– ¿Te acuerdas que te dije que tenía un problema?

– Si – me mira fijamente, detallando cada uno de mis gestos – Pero no pensé que tuviera que ver con Briar. Porque es por ella, ¿verdad?

– Es... complicado.

Suspiro y le doy un sorbo al café que me he hecho hace media hora. No sé como empezar porque ni yo mismo sé descifrar lo que pasa por mi cabeza en estos momentos. Estoy confuso, alterado y con un lío de cojones.

– ¿Hay otra? - me pregunta, cruzando los brazos sobre su pecho.

– No. Bueno, yo...

Me callo abruptamente cuando Livvie entra a la cocina, andando perezosamente y murmurando un saludo para ambos. Coco viene detrás, pero en vez de acercarse a mi, lo que hace es lamer el pantalón de ella y no despegarse de sus piernas. No está vestida, y me extraña porque es día de semana.

– ¿No tienes clases? - pregunto controlando el temblor de mi voz.

– Si – responde suavemente, dándonos la espalda y buscando algo en uno de los cajones – Pero... parece que no me encuentro muy bien para ir.

Sigue rebuscando donde están todos los medicamentos, a una velocidad extrema. Quiero preguntarle que le sucede, pero a lo único que me da tiempo es a levantarme y llegar hasta su lugar.

Su cuerpo ha empezado a temblar y se ha desequilibrado, tanto que ha pisado a Coco y llora desconsoladamente.

– Eh, Liv – me dejo caer al suelo, con ella sobre mi cuerpo, prácticamente inconsciente – No te asustes, cielo. Vas a estar bien.

– ¡¿Llamo a una ambulancia?! - grita Tyson por atrás.

– ¡No! - suelta un quejido de dolor e intenta mirarme – Estoy... estoy muy mareada. Solo... busca mis pastillas.

En cuanto me dice el nombre del medicamento, una sensación muy desagradable me recorre el cuerpo. He llegado a tomar esas pastillas en mis peores ataques de pánico y ansiedad constante. Son para controlar la parte del cerebro que nos hace tener miedo y angustia. Son tranquilizantes.

– Tranquila, tranquila... - susurro, acariciándole el pelo mientras se la toma con manos temblorosas – Estás a salvo. Nada es real, Liv.

– ¿Ayudo con algo? - pregunta mi amigo, bastante perdido.

– Enciende la chimenea – le pido.

Livvie tiene los ojos cerrados y apenas puede mantenerse sobre si misma. Con esfuerzo, me pongo de pie con ella en brazos y la llevo hasta el sofá más grande. La tumbo con cuidado y después le echo la manta de pelo por encima. Hasta que la chimenea no haga su función, el ambiente está bastante frío.

AMOR ATREVIDO E INGENUO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora