❄️ CAPÍTULO 33 ❄️

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LIVVIE

Son las diez de la noche y acabo de salir de la academia. Nunca salgo tan tarde, pero hoy además de que las clases han ido retrasadas media hora, hemos empezado coreografía nueva y ninguno nos hemos dado cuenta de la hora. La cafetería no cierra hasta que no cierra el centro entero, así que Deborah, Nilak y yo hemos aprovechado para cenar y llegar a casa directos solo para acostarnos.

Hemos tenido la suerte de no perder el autobús. El conductor se ha dado cuenta de que faltábamos casi la mitad por salir y ha hecho el favor de esperarnos a todos. Interiormente lo he agradecido, porque no me hubiese gustado llamar a mi padre para que hubiese venido a recogerme. Si hay algo que no le gusta en absoluto, es plantarse en una carretera en mitad de la noche. Desde que tuvo un accidente de joven en plena oscuridad, siempre evita las situaciones que impliquen la noche, coche y trayecto. Si se lo pidiera como urgencia, vendría sin dudar, pero prefiero no hacerlo. Cada uno tiene sus miedos y me gusta respetarlos al igual que me gusta que lo hagan conmigo.

A mi lado, Deborah bosteza cada dos segundos. Me río cuando se le saltas las lágrimas a causa del sueño. Sé lo difícil que resulta mantenerse despierta a costa de todas las fuerzas cuando el cuerpo te pide nada más que descansar y dormir.

– ¿Cuando vas a volver a ver a Lexie? - le pregunto en voz baja.

– Buena pregunta – remolonea en su sitio y abre los ojos para mirarme – La verdad es que no hemos hablado desde... desde el otro día.

– ¿Ahora os da vergüenza? - enarco una ceja.

– No es vergüenza. Es... No sé lo que es – responde frustrada.

– Pues hablale si ella no lo hace. Está claro que hay algo entre las dos.

– ¿Tu crees? - pone una mueca de disgusto – Creo que por su parte simplemente fue una venganza y un acto meramente físico y juguetón.

– ¿Y por tu parte fue algo más? Porque hace dos días me dijiste que no.

– ¿La verdad? Estoy indecisa – susurra – Me atrae físicamente, eso es evidente. Pero... de ahí, a hablar sobre sentimientos... creo que iría demasiado lejos.

– Te puede gustar y ya está – me encojo de hombros – No hay porque sentir nada más. Quizá te atraiga la idea de experimentar sensaciones nuevas con personas del sexo contrario al que estás acostumbrada a probar.

– Si – afirma con seguridad – Si algo siento, es curiosidad. Mucha.

– Pues, amiga, una cosa te digo – hablo cerca de ella mientras el autobús llega a nuestro destino y nos bajamos con prisa. Nos despedimos de Nilak con un movimiento de mano y me engancho a su brazo – La curiosidad crea posibilidades y oportunidades. Y a ti no te gusta perderte ninguna.

– Tienes razón. ¿Sabes qué? Mañana mismo voy a hablar con ella.

– Así me gusta – le doy un beso en la mejilla para despedirme de ella – Si en esta amistad hay alguien valiente y dispuesta a todo, eres tú. Te quiero.

– Yo también te quiero – me devuelve el beso - ¡Te informaré!

– ¡Más te vale!

Me doy la vuelta riéndome. Al principio me chocó la escena que nos hicieron presenciar, pero después, solo me dio alegría. Vi a Deborah plenamente feliz y con eso me bastó para saber que haga lo que haga, sigue yendo en la dirección correcta.

Si no aprovecha ahora la edad para experimentar y vivir, ¿cuando lo hará? ¿Cuando no se le presenten oportunidades? ¿Cuando ya tenga formada una familia? ¿Cuando sea una abuela? Tiene que ser ahora, cuando hay tiempo, ganas y posibilidades.

AMOR ATREVIDO E INGENUO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora