☀️ CAPÍTULO 14 ☀️

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NEIZAN

– Neizan, cariño, ¿puedo pedirte un favor? - interrumpe Briar en el baño, mientras salgo de la ducha y me seco con una toalla.

– Claro, dime.

– Livvie me ha pedido que vaya a por ella a la academia. Tengo la cocina a medio limpiar y no puedo dejarla así tanto rato. ¿Te importa ir tú?

Giro mi cabeza lentamente hacia ella, sopesando la confusión que acaban de crearme sus palabras.

– ¿Livvie... - sacudo la cabeza, atónito - ¿Ella te ha pedido que vayas?

– Supongo que soy su última opción – se encoge de hombros - ¿Por qué? ¿Te sorprende no habértelo pedido antes a ti que a mi?

– Pues sí – admito, irguiéndome – Ella y yo... tenemos mejor relación.

– No será tan buena cuando no cuenta contigo para una urgencia – murmura, con un tono despectivo – Ya te lo dije una vez. Haces cosas por ella y no te lo agradece. No esperes gestos buenos por su parte.

Aprieto los dientes con fuerza, un tanto enfadado. Enfadado por su tono y la manipulación que ejerce para alejarme indirectamente de ella, y enfadado con Livvie por no contar conmigo en situaciones como esta.

– No deberías de llamar amiga a una persona tan ingrata.

– Está bien, Briar. Sigue limpiando.

– Gracias. Yo sí te devolveré el favor.

Me sonríe desde la puerta como si nada y desaparece escaleras abajo. Con desconcierto y rabia acumulada dentro de mi, me pongo la ropa que había dejado sobre el lavabo y después me encamino hacia abajo, para avisar a Tyson y salir de casa.

– ¿Te acompaño? - pregunta, levantándose del sofá.

– No, prefiero ir solo. Ve duchándote y arreglándote. Estaremos pronto de vuelta.

Asiente sin rechistar y cojo las llaves del coche. Debería haberlo devuelto ya, pero esta semana me ha hecho falta poder salir del pueblo y poder enseñarle otras ciudades a mi amigo. Tan solo le queda un día aquí y ya no tendré que salir tanto.

Aún así, creo que voy a empezar a ahorrar para comprarme un coche pequeño. Es bueno tener vehículo aunque sea en una zona tan residencial y pequeña.

Al llegar a la academia de Livvie, aparco lo más cerca de la entrada y me bajo para esperarla dentro. La calefacción apenas calienta y el ambiente está húmedo, además de frío.

Cuando entro, me recibe una pequeña recepción. Las paredes están rodeadas de cuadros de distintos deportes, también atletas famosos y muchas medallas olímpicas. Me doy cuenta de que no solo hay un pasillo, sino tres que se abren a cada lado del edificio. Parece un sitio bastante grande.

– ¿Neizan?

Me doy la vuelta ante la llamada de Livvie. Viene hacia mi, con las manos metidas en los bolsillos, la mochila sobre la espalda y ralentizando el paso cada vez más.

– ¿Qué... - susurra, con ojos como platos - ¿Por qué estás aquí?

– Necesitabas que alguien te recogiera, ¿no? - la miro, impasible por fuera y nervioso por dentro.

Con las mejillas sonrojadas y el sudor por la frente... sigue estando igual de guapa. Se ve sumamente espectacular.

– Si, pero llamé a...

– ¿Tu madre? - enarco una ceja – Me parece fascinante que a día de hoy sigas pensando que va a venir a por ti. ¿Sabes? Puede que te merezcas llevarte el chasco. Tienes a gente para contar con ella y te empeñas en dejarlas a un lado.

AMOR ATREVIDO E INGENUO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora