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6. Se interrumpe el telégrafo entre la dehesa y el Palacio de

granito

La gran preocupación de los colonos por el momento era verificar la exploración completa de la isla, ya decidido, que tendría dos fines: descubrir el ser misterioso, cuya existencia no era ya discutible, y al mismo tiempo salar qué había sido de los piratas, el retiro que habían elegido, la vida que llevaban y lo que podía temerse de su parte.

Ciro Smith deseaba partir inmediatamente, pero la expedición debía durar muchos días y parecía conveniente cargar el carro con diversos efectos de campamento y utensilios que facilitaran la organización de las etapas. Ahora bien, en aquel momento, uno de los onagros, herido en la pata, no podía ser enganchado al carro; necesitaba unos días de descanso, y se creyó poder aplazar la partida para dentro de una semana, es decir, para el 20 de noviembre. En aquella latitud, corresponde al mes de mayo de las zonas boreales, era primavera. El sol entraba en el trópico de Capricornio y daba los días más largos del año. La época debía ser completamente favorable para la expedición proyectada, expedición que, si no alcanzaba su principal objetivo, podía ser fecunda en descubrimientos, sobre todo desde el punto de vista de las producciones naturales, puesto que Ciro Smith se proponía explorar los espesos bosques del Far-West, que se extendían hasta el extremo de la península Serpentina.

Durante los nueve días que debían preceder al de la marcha, se convino en dar la última mano a las tareas de la meseta de la Gran Vista.

Sin embargo, Ayrton debía volver a la dehesa, donde los animales domésticos reclamaban sus cuidados. Se decidió que pasaría en ella dos días y no volvería al Palacio de granito hasta después de haber dejado ampliamente provistos los establos.

Cuando iba a marchar, Ciro Smith le preguntó si quería que uno le acompañase, indicándole que la isla no era tan segura como antes.

Ayrton respondió que no necesitaba compañía, que él bastaría para todo, y que, por lo demás, no temía nada. Si ocurría algún incidente en la dehesa o en los alrededores, avisaría inmediatamente a los colonos por un telegrama dirigido al Palacio de granito.

Ayrton partió el 9 al amanecer, llevándose el carro tirado por un solo onagro, y dos horas después el timbre eléctrico anunciaba que todo lo había encontrado en orden en la dehesa.

Durante aquellos dos días Ciro Smith se ocupó en un proyecto que debía poner el Palacio de granito al abrigo de toda sorpresa. Consistía en ocultar el orificio superior del antiguo desagüe, que estaba obstruido con cal y canto y medio oculto bajo hierbas y plantas, en el ángulo sur del lago Grant. Nada más fácil de llevar a cabo, puesto que bastaba volver a levantar dos o tres pies el nivel de las aguas del lago, que ocultarían por completo el orificio.

La isla MisteriosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora