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16. Buscan refugio para invernar en la isla

Era el 6 de mayo, día que corresponde al 6 de noviembre en los países del hemisferio boreal. Hacía días que el cielo se cubría de brumas y era necesario tomar ciertas disposiciones para pasar el invierno. Sin embargo, la temperatura todavía no había bajado sensiblemente y un termómetro centígrado, trasladado a la isla de Lincoln, habría marcado todavía, por término medio, de diez a doce grados sobre cero. Esta temperatura media no tenía nada de extraordinario, puesto que la isla Lincoln, situada probablemente entre los 35 y 40 grados de latitud, debía hallarse sometida en el hemisferio sur a las mismas condiciones que Sicilia o Grecia en el hemisferio norte.

Pero así como en Grecia o en Sicilia se experimentan fríos violentos, que producen nieves y hielo, de la misma manera en la isla Lincoln deberían experimentarlos en el período más riguroso del invierno, y contra esta temperatura baja convenía prepararse.

En todo caso, si el frío no amenazaba aún, por lo menos estaba próxima la estación de las nieves, y en aquella isla apartada, expuesta a todas las intemperies, en medio del mar Pacífico, los malos tiempos debían ser frecuentes y terribles.

Debían pensar seriamente y resolver la cuestión de una vivienda más cómoda que las

Chimeneas.

Pencroff, naturalmente, tenía cierta predilección por aquel retiro por

él descubierto; pero se hizo cargo de la necesidad de buscar otro. Las Chimeneas habían recibido la visita del mar en circunstancias que no se habrán olvidado y no podían los colonos exponerse de nuevo a un accidente parecido.

-Por otra parte -añadió Ciro Smith, que aquel día hablaba de estas cosas con sus compañeros-, tenemos algunas precauciones que tomar...

-¿Para qué? La isla no está habitada -dijo el corresponsal.

-Eso creemos -insinuó el ingeniero-, aunque no la hemos explorado todavía toda; pero si no hay en ella seres humanos, temo que abunden los animales peligrosos. Conviene, pues, ponerse al abrigo de una posible agresión, para que no sea preciso que uno de nosotros se quede de centinela toda la noche para mantener una hoguera encendida. Además, amigos míos, debemos preverlo todo; estamos aquí en una parte del Pacífico frecuentada a menudo por los piratas malayos.

La isla MisteriosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora