Act. VII. A glimpse

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—Esto es culpa tuya

— ¿Mía? James-

—Si no fuese porque tú insistes cada momento en que ella no es buena, esto no habría tardado tanto en descubrirse- ¡No habría pasado para empezar!

—Lo que yo diga no tiene nada que ver.

— ¡Lo tiene! ¡Un tipo estuvo abusando de nuestra hija y lo único que pasaba por su mente es que él le decía de la forma en que tú te empeñas en negarle! —reclama James casi histérico—. ¿¡Acaso no oíste lo que la doctora nos dijo!? Harriet está mal y es culpa tuya

—No, es culpa tuya por no apoyarme—reclama Lily con rapidez—. Si me apoyaras nuestra hija no estaría pasando por esto. Si no hubieras seguido sus caprichos desde el inicio, nada habría pasado.

— ¿Apoyarte en qué? ¿En usar todo lo que no quiere? ¿Fingir algo que no es? —increpa James—. Nuestra hija es como es y debes amarla de esa forma.

—Lo dice el que ha estado convirtiéndola en un niño todos estos años. —Lily se cruza de brazos, enojada y James pasa las manos por su rostro.

—Lo único que hice fue no forzaría a usar un maldito vestido para que se ajuste a lo que tú quieres—Corrige el hombre con firmeza—. Es una niña. No una muñeca para que la vistas como se te antoje—recrimina James y Lily niega con la cabeza—. Por tu culpa se está haciendo inseguridades que no deberían estar ahí. La estás haciendo dudar de su propia identidad.

—James por amor a Merlín solo hace falta verla ¡No es una niña normal! ¡No es como ninguna de sus compañeras! —exclama Lily exasperada de que su esposo no quiera ver su punto—. Ni siquiera usa una falda obligatoria. Todo lo que logras consintiendo estás tonterías es que acabe siendo un niño. Se suponía que sería una linda princesita y es una... una... ¡Machito! ¡Una machorra!

— ¿Por qué tienes que ser igual para que la quieras? —La desesperación lo consume. Lily se ciega demasiado ante la feminidad tradicional y rechaza la posibilidad de que es un rasgo flexible. Sobre todo ahora—. ¿Qué tiene que ver todo eso con que la hagas sentir mal y que parezcas no quererla?

—Quiero lo mejor para ella.

—Quieres una vida a través de ella que es distinto. Harriet es como es. Es lista, es bellísima en su propia forma, buscadora de Quidditch, buenas notas ¿Que más le puedes pedir?

—Que deje de influenciarse por ti y empiece a ser una mujer. Es lo que es, tiene que cambiar y lo sabes.

La discusión continúa, con Harriet escuchando desde su habitación.

. . .

Aplasta su cabello con las manos y este solo regresa a su caótica posición. Da un suspiro pesado y se va a echar en la cama, abrazando su enorme muñeco de felpa en forma de occamy. Sirius se lo envío, prometiendo llegar pronto para pasar tiempo juntos. La puerta de la habitación se abre y James entra con una bolsa en las manos

—Hey ¿Cómo estás?

—Estoy bien.

James se sienta en la cama y le acaricia el brazo. Harriet hace un puchero, escondido por el muñeco de felpa.

—Escucha-

— ¿Soy rara?

—Para nada. —responde James rápidamente.

— Entonces si lo soy. — concluye Harriet. James siempre la quiere hacer sentir mejor. James sacude la cabeza.

—No eres rara. Tal vez eres unos cuatro ojos con pelo de nido, pero bueno... Hermione tiene dientes enormes y pelo desordenado; Ron siempre tiene hambre; cada quien tiene su forma de ser. No los hace raros. —Harriet presiona la cara en el peluche.

Romeo, Juliet & Cinderella | TomrryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora