Act. XXXVIII. What he think (is wrong)

18 6 0
                                    

Las clases en Hogwarts teniendo a Beauxbatons y Durmstrang es una experiencia en sí misma. El orden en que ven los contenidos es distinto, por lo que hay momentos en los que saben demasiado y otros en los que no saben nada. Se vuelve una ruleta de dos opciones. Debido a que trajeron de múltiples años, todos tienen la oportunidad de al menos un compañero de intercambio.

Por desgracia no tienen oportunidad ninguna de ver clases con Viktor. Él está en quinto. Tampoco con la estrella brillante y hermosa de Beauxbatons, Fleur DeLacour. Sin embargo, la torpeza de Harriet sirve tanto para bien como lo ha hecho para mal en los últimos cuatro años de su vida.

—Lo siento. —balbucea Harriet apenada. Se acomoda las gafas y escucha una risa torpe de parte de la contraria.

—No hay problema. Este lugar es un laberinto... Estoy perdida. —admite dando una vuelta sobre sí misma. Harriet la reconoce por ser la adoración máxima de todos los hombres en Gryffindor desde que llegó.

Incluido Ron, que babea de solo tenerla cerca.

Y es ¿Bonita? Muy bonita. Preciosa. Es increíble lo hermosa que es. Su magia en sí le parece bellísima: es como ver un río de luz fluyendo en torno a ella.

—Fleur ¿Cierto? —Ella asiente aun sonriendo—. ¿Qué clase tienes?

—Ninguna, iba a la sala común y ahora no sé a dónde estoy yendo—admite Fleur viendo alrededor—. Pensé que era solo subir escaleras, pero las escaleras se movieron—explica Fleur y Harriet comprende tanto el sentimiento. Su primer año resumido en una queja—. Espero no estarte molestando.

—Oh, no, ya terminé por hoy, pero debo apurarme si quiero conseguir algo... ¿Tienes hambre? —Fleur asiente, abochornada—. Vamos a la cocina. Luego te llevo a Ravenclaw y te doy la forma de no perderte.

La francesa asiente y la sigue de cerca. Harriet menciona algún que otro punto de referencia imperdible. Desde cuadros hasta armaduras o alguna ventana con forma rara y su apodo. Fleur hace una anotación mental a todo eso y espera a tener un papel a la mano para escribirlo. Tanto para sí misma como para su hermana. Estará un año aquí. No va a tener la suerte de que alguien la conduzca.

En la cocina, los elfos las llenan con platos llenos de dulces de distintos tipos—. Suelen hacer estos experimento de cuál sabe bien. Solo los profesores los comen y los aprueban. Si llegas a tiempo, puedes comer antes que ellos. —relata Harriet tomando un pastel con glaseado purpura y que la elfa le dijo que es de uva.

— ¡Oh!

—A los elfos les encanta cocinar. Trátalos bonito. —pide Harriet dejando caer la cabeza a un lado.

—Por supuesto. Cómo no hacerlo. —corresponde Fleur tomando pastelillos de la bandeja que un elfo le ofrece.

—Oye, eres muy bonita—comenta Harriet con deje suelto y algo de chocolate en los labios. Es como si el pensamiento escapa de su cabeza. Teniendo la experiencia de lo que pasó con Cho, quiere intentar no ser tonta a su alrededor, a pesar de que su cabeza la invita a mirar a Fleur con adoración por... ¿Alguna razón? ¿Esto es normal? —. La verdad, pensé que serías un poco odiosa. Por estar harta de todos los hombres del colegio persiguiéndote. —Rueda los ojos y Fleur ríe por la nariz. Que comentario tan honesto de repente.

Sabe que a las mujeres no les cae muy bien. La perciben como una amenaza. Después de todo, cada varón con el que se encuentra, queda encantado por ella. La forma en que Harriet se lo toma es una muy dulce. Es una comprensiva y pesó que solo lo tendría con su hermana.

Con esto, tiene esperanza de que quizá pueda conseguir más amistades que entiendan incluso si no le pasa igual.

—Bueno, soy parte veela—Harriet queda con las mejillas llenas y una flama sale disparada de la chimenea—. Así que es posible que pase por eso. No porque yo quiera.

Romeo, Juliet & Cinderella | TomrryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora