Act. XXV. Reconciliation

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Hay un revuelo tras otro en el mundo mágico. Es la natural consecuencia a lo que sucedió. James no consiguió llevar a nadie preso, después de todo, abogaron que sus ataques eran respuesta al pánico que causó el ataque de James. Nadie tiene consecuencias, ni siquiera él, lo cual ya es un milagro por sí solo.

Por otro lado, Harriet dijo todo cuánto recordaba de la conversación y lamentablemente no hay nada que resaltar aparte de que es un blanco o algo parecido. James va a guardar la información por una simple razón: no quiere que surja como propuesta usarla de cebo o agente doble para capturar a Grindelwald.

James sabe qué pasará si Grindelwald se acerca de nuevo y se desprende la piel con las manos antes que permitirlo. No deja de abrumarlo y asustarlo que todos perciban a Harriet como una mujer. Que quieran hacerle tantas cosas por verla de dicha manera. Lo aterra y solo aumentan sus ganas de mantenerla en casa bajo llave.

No es capaz de hacerlo, su parte racional le repite que no es algo que pueda llevar a cabo. Debe ser protector, no paranoico. Vivir con la molestia hasta que tenga la oportunidad de resolverlo. En este caso, darle una patada a Grindelwald en los huevos y que deje de pensar en una adolescente de trece años.

El asunto concluye en que debe escoltarlos al tren dentro de un par de días. No hay mucho de qué hablar en ese tiempo. Tan solo tiempo de dormir, ocupado por ambos en la misma cama como si Harriet tuviera tres años de nuevo, aferrada a él y murmurando una frase que debería haberse detenido en ese momento de la línea:

"Tengo miedo de que venga por mi"

Antes eran monstruos de su imaginación.

Ahora es real... Y podría venir por ella.

Tom se ha mantenido ajeno al tema. No lo llaman y tampoco tiene nada que decir. Grindelwald se le hace una persona curiosa y fascinante al mismo tiempo. Es un hombre elegante, que sabe manipular muy bien su magia y a las personas. Sentiría admiración de no ser por varios detalles:

El primero, coquetear con una adolescente de trece no puede ser más patético en un hombre así de adulto.

Lo segundo, no queda claro que quiere, pero aparentemente necesita tanta ayuda que depende de una chica de trece años.

Lo tercero y último, no puede soportar a alguien que quizá sea igual de poderoso que él. Es una amenaza. Una que se reconoce a sí misma apropiadamente. La enorme conclusión es que Grindelwald no le interesa y mientras antes este preso, mejor.

Cómo nota más emocional y personal, casi infantil: sabe que su novia es la niña más bonita del mundo mágico inglés, pero ¿Cómo se atreve a intentar seducirla? Simplemente un idiota que cree que es lo único que vale la pena. En ese aspecto, es tan tonto y pretencioso

Por la noche sucede algo raro y es que sueña como nunca lo había hecho. Está sentado en la cama de La cámara de los Secretos, las piernas extendidas y las manos apoyadas en la cama. Los pasos en débil tacón se aproximan, una vez finalizado, la figura coqueta de la chica de pie. Usa el vibrante vestido rojo de la ceremonia. Harriet se ríe débil, acercándose un par de pasos más a la cámara secreta y su interminable eco.

Tom no deja de mirarla. Tan fijamente que podrían doler sus ojos. Harriet avanza otro par de pasos. Coqueta y juguetona. 

[Censor]

Fue un sueño que no terminó, evidenciado en qué cuando despertó, una erección estaba bien formada entre sus piernas. Se cubre la boca y se masturba, con la imagen vivida en su mente y lamentando el giro tan horrible que todo dio. No solo por la paz mental, sino porque está seguro de que con como Harriet lo miraba, era su idea entrar en el baúl expansivo y retomar esta parte del noviazgo.

Romeo, Juliet & Cinderella | TomrryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora