Romeo, Juliet & Cinderella | Tomrry

Act. XVII. Like One again

—Oye, estas más gorda.

—Ron.

— ¿Qué? Es la verdad.

Harriet rueda los ojos, pero no dice nada al respecto. Lo tomara como un halago, considerando que siempre parecía estar desnutrida. Entra al camarote que Ron dijo "estaba ocupado", siendo Remus acurrucado contra la ventana. Harriet se sienta de golpe y se recuesta de él.

—Harriet, no lo-

—Él es Moony—notifica acurrucándose un poco más fuerte—. Va a ser el profesor de Defensas Contra las Oscuras de este año. —comenta emocionada. Hermione cierra la puertas y mantiene el entrecejo algo fruncido.

— ¿Y ya está dormido?

—Él se cansa mucho. —excusa Harriet y Remus apenas se mueve un poco en su lugar.

El viaje de limita en parlotear sin parar, pero no hablan muy fuerte para no despertarlo. Debió haberlo hecho con el peso de Harriet tan de golpe encima suyo. Su falta de consciencia expone lo agotado que debe estar. El viaje circula tranquilo, hasta el punto en que a Harriet se le olvida Gellert, se le olvida lo que vio de Bellatrix.

En general, solo está feliz de tener a Moony aquí, de hablar con Hermione y Ron después de todo un verano -extendido-, sin haberlo podido hacer. Cada uno va a cambiarse y cuando es el turno de Harriet, el tren se detiene y la luces titilan antes de apagarse definitivamente.

—Esta vez, no fui yo—dice Harriet, enderezándose. Se frota las manos, con mucho frío de repente— ¿Estamos cerca?

—Para nada—dice Hermione, apoyada en la ventana para tratar de distinguir Hogsmade—. No hay... na... da.

Se aparta de la ventana que se llena de escarcha. Ron ve lo mismo en los cristales de las puertas. Se aparta lentamente, juntándose a Hermione y ambos sujetos de la mano con fuerza. Harriet mueve discretamente a Remus. La puerta se abre, muy lentamente. Una mano huesuda y negra que desliza la puerta de madera y vidrio.

Lo que se asoma es igual a un espectro. Una criatura de velo negro y una abertura que debe dar a sus labios. Harriet contiene la respiración, apoyándose más y más en Remus por lo mucho que se acerca a ella.

Se ahoga.

Tiene muchísimo frío.

No sabe que siente exactamente.

Solo que su mente entera se entume y cualquier momento donde la desesperación y la tristeza la dominaban, saltan como un ataque directo a toda su existencia. Remus se mueve rápido, levantando la varita y un halo de luz saliendo de la misma. El espectro da un tenue gruñido antes de marcharse a prisa.

Harriet jala aire, con una mano en el pecho y la incapacidad de retener.

—Tranquila. Ya pasó. —Remus la abraza y Harriet se aferra a los brazos ajenos, ansiosa.

. . .

—El gigante será quien dé la clase este año.

—Sabe de animales. Es naturalmente un experto.

Saber que será Hagrid el maestro de Criaturas Mágicas es indiferente para Tom. No le cae bien, pero debe admitir que es un experto en su rama. Después de todo, el hombre se pasea con hipogrifos como si fuesen familia. Tiene esperanza de que algo entretenido saldrá de esto.

Cualquiera pensaría que es estúpido que él eligiera esa materia, no obstante y nuevamente, él quiere inmiscuirse en todos los temas políticos del mundo mágico. Uno de ellos incluye a las criaturas mágicas, sus derechos y participación en la sociedad. Entiende que algunas tienen más pensamientos que otras, por no mencionar la vitalidad de sus existencias.