Act. XXIX. Confusion about love

28 6 0
                                    

Acaba de arreglar su mochila con lo que llevará para viajar con Sirius. Lily no se opuso para sorpresa de Harriet. Está mucho más tranquila. No sabe por qué. Se pregunta si sucedió algo más en Privet Drive para evitar las discusiones y desagrados habituales.

Incluso ella y James se ven más felices juntos. Harriet no tiene muchas oportunidades de ver esto por el colegio. Es la rutina usual de ambos juntos. Cuando hay tiempo o encienden el gira tiempo en casa para disfrutar de su relación apropiadamente. Sin trabajo queriendo consumirlos poco a poco.

Harriet empieza a odiar el estar creciendo. Cuando era pequeña, todo parecía más claro. Desde la forma en que sus papás se quieren, hasta la forma en que ambos la tratan. No sabe qué pensar de ello. Perfecto para irse con Sirius y quizá hundirse en lo profundo de un mar escandinavo que succiona todas sus crisis existenciales.

El día antes de irse llega una carta de Tom y la siente pesada. Por un lado, tiene un miedo terrible de que sea por la tarea de pociones ¿Tan larga es? Se rehúsa. Para su suerte, es solo cuarenta centímetros de pergamino bien especificado para poder redactarlo a su manera. Lo que realmente pesa en la carta es que hay ¿Cinco fotos? Guardadas en el sobre junto a una nota:

"No hablemos de esto jamás. No me gusta tomarme fotos. Lo odio. Nunca pasaré por una vergüenza más grande en toda mi vida."

Con la extrañeza hasta el techo, decide cerrar con seguro la puerta de su habitación, bajar la persiana y dejar a Hedwig en su arbolillo para que duerma. Se lanza en la cama y tras unos segundos de tratar de pensar en qué puede ser, saca las seis fotos que hay.

Dobla la cabeza hacia abajo, viendo por el borde superior de las gafas—. ¿Se emborrachó de nuevo? ¿Qué le pasó? ¿Quién es? —Se Harriet pregunta en voz alta. No hay manera de que Tom decidiera por sí mismo tomar fotos sexys.

¿Qué lo hizo pensar en esto?

Para darte las gracias. Sea lo que sea.

De nuevo, una de las cosas que a Harriet le gusta de Tom, es lo consciente que es de su atractivo, pero sin llegar a ser creído al respecto. Se gusta a sí mismo. Es algo que quisiera lograr por sí misma. Verlo en este despliegue tan narcisista es todo lo que necesita para tener su propio contenido de su novio.

Uno que realmente no aprecia mucho las fotos.

La primera foto es bastante simple, sacándole una sonrisa torpe y sonrojo. Se nota que se cortó un poco el cabello; se arregla los rizos, está sin camisa y aparte de peinarse un poco, sonríe ladino. La deja cuidadosamente encima de su muñeco de Occamy.

La siguiente es él quitándose la camisa y buscando algo en su habitación. Sobria como él y con apenas prendas de ropa encima de la cama. Harriet se frota la cara por debajo de las gafas. Mira por un ojo, siguiendo el camino de lunares obvios que suben por su cuello.

La siguiente la hace esconder la cara un momento para volver a ver. Tom semi acostado en la cama y Nagini subiendo entre sus piernas, deslizándose por su pecho descubierto. Tom le sonríe confiado a la serpiente y quien sabe que es lo que le dice—. Si le digo que eso me gusta lo va a hacer para fastidiarme. Quizá eso es lo que pasa—se Harriet dice a sí misma.

La siguiente causa la misma reacción. Tom de espalda, viendo a un lado y presando un poco los brazos, las manos juntas atrás. Harriet tira un peluche al suelo. Hay problemas. Empieza a tener problemas.

Da un brinco de la cama y camina de un lado a otro, meditando si no se traspapeló o algo. Porque en esa foto, está desnudo ¡Nagini no es suficiente para ocultar que no tiene ni siquiera ropa interior! Tom sentado en la cama con la serpiente en su tamaño real, subida en su regazo y cubriendo efectivamente su entrepierna, subiendo para deslizarse por sus hombros y rodear su cuello.

Romeo, Juliet & Cinderella | TomrryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora