Act. XXXIV. Some talking

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Harriet sale corriendo de la casa, tratando de amarrarse el cabello y encontrarse con Tom. El adolescente parado en frente de la casa con un ramo de flores en la mano. Es ¿Extraño? No esperaba que llegara así y si es una jugada para ganarse a James, lo más probable es que solo empeore el mal humor de su papá. Uno que trató de disfrazar cuando le avisó que saldría a caminar con él hoy.

Solo caminar por Valle Godric y pasar la tarde juntos. Dentro de dos días vuelven a Hogwarts, pero no hay mucho tiempo que pasen juntos allá además de los desvelos y citas secretas por la noche. Tener espacio propio por unas horas habiendo desvelado el secreto a sus padres solo le da libertad... A medias.

Siente a James mirándola por la ventana.

Además, un arbusto del jardín del vecino se incendia.

— ¿Alguna razón para las flores?

—En tu cumpleaños dijiste que te gustaban y que nunca te habían regalado. Es una buena primera vez. —opina Tom encogiendo de hombros. Harriet ladea la cabeza.

—Es por el francés ¿Verdad? —Tom no responde—. ¡Bueno! De algún modo adivinaste que me gustan las spireas. Así que eres el ganador. —bromea Harriet oliendo el ramillete.

Tom sonríe ladino. Ese "modo" fue tan sencillo como preguntarle a Hermione. Pensó que era para preparar algún regalo navideño, por lo que, de nuevo, sin sospechas de su parte. Harriet se gira y despide con la mano antes de andar con Tom.

—Le trajo flores—dice Lily con una sonrisa y mano en el pecho—. Voy a buscar algún jarrón. No se vayan a morir pronto... ¿Dónde están los jarrones?

—En el sótano cariño, ahí no se caen—responde y Lily va directo hacia allá. James se fuerza a respirar—. No lo van a hacer en un lugar abierto. Como mucho se besan. Tranquilo, tranquilo. —se dice en voz alta para amoldarse a esto.

Los celos paternales son horribles.

Quiere volver a la época donde Harriet tenía cuatro años y no debía preocuparse por esto.

Quiere convencerse de que es normal y que todos lo sufren, así se siente menos exagerado. Gira a ver la casa y se pregunta si Lily encontrará algún florero vacío. Contabiliza casi todos ya puestos en la casa. No es raro que le compré flores a su esposa. A ella le gusta el olor y que la casa luzca colorida a pesar de ser una estructura vieja.

Harriet por su parte mantiene el ramo agarrado con dos manos. No quiere que se dañe en lo absoluto. Sabe que se marchitaran y ni siquiera estará en casa cuando suceda, pero le gusta mucho el detalle.

—Mi papá admitió que te odia.

—Vaya. No me dejó como un tonto—ironiza Tom—. ¿Algo más? Tal vez maldecir mis ancestros

—No. Solo estaba preocupado por saber si has dicho que me quieres. —informa Harriet y Tom siente ¿Alivio? De que sea esa la pregunta.

La única pregunta.

La única expectativa.

Es grande, muy alta también, pero...

—Te amo.

Se detienen a mitad de camino y Harriet sonríe inclinando la cabeza.

—También te amo Tom. Es lindo decírtelo sin estar encerrados y escondidos. —menciona encogiendo de hombros y es... Cierto.

Ser privados no les molesta, pero si tener que reprimir hasta el más mínimo gesto de interés que no pueda ser excusado cómo amistad. La sensación de que Slytherin y Gryffindor van a explotar si esto se sabe. El príncipe predilecto y perfecto con la leona tan nombrada. Un escándalo sin más que no quieren vivir. Ya tienen suficiente escándalo encima

Romeo, Juliet & Cinderella | TomrryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora