Act. XXII. Beloved truth

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—Feliz navidad Moony.

El hombre la abraza y Harriet aprieta las manos en él. Ansiosa. Remus la palmea en la espalda y luego la invita a qué entre a su oficina. Tan genial como de costumbre. Harriet se distrae viendo grindylow en una burbuja de agua, moviéndose lentamente en el pequeño espacio.

— ¿Pasaste un buen tiempo con tus amigos? —Harriet responde en voz baja. Cubre el momento tan molesto con Ron usando los regalos que recibió, el tiempo divertido de antes y después—. James está preocupado por ti—menciona sentándose en el primer escalón al escritorio. A un lado de Harriet y con las manos aferradas al borde del escalón de piedra—. Es tu primera navidad fuera de casa

—Estuvo bien—asegura Harriet revolviéndose el cabello—. Fue bueno estar solo con mis amigos. Usamos pijama nada más. Hablamos cosas que no hablamos con adultos cerca. —describe con deje pícaro y Remus se ríe, deja caer la cabeza un momento y al levantarla, mira hacia el techo. Con los mecánicos de calendario rotando. Así nunca se pierde una luna llena.

—Sé que te gusta ese tiempo, pero tengo la sensación de que viniste por otra razón—Harriet frunce los labios, sin saber que responderle—. Y supongo que tiene que ver con esa tarde en la que te vi llorando en el pasillo.

—Tal... Vez

—Harriet... —Remus presiona suave y Harriet deja caer los hombros, piernas estiradas y manos entre sus piernas abiertas.

—Es que no sé qué hacer ¿Vale? Pensé que podría lograrlo sola, pero ya no puedo conmigo misma—admite estresada. Una pequeña explosión que Remus escucha porque aún no hace falta que hable—. Porque sé que soy el problema, sé que debo solucionarlo, sé que debo... Hacer algo, pero ¡No sé qué es ese algo! No sé si lo que elijo está bien y yo de verdad quiero que se arregle.

Remus la ve jadear. Habló muy rápido.

— ¿Cuál es el problema? —pide saber Remus. Harriet se encorva, aún tensa.

—Tom se fue. Me prometió que nos quedaríamos este año. Yo pensé en que nos acompañaríamos este año también—explica de forma neutra. Quiere hacer ver esto como un pleito de amistad. Uno que podría tener con Ron. Remus por su parte tiene sus sospechas. No es como que ellos se lo pongan muy difícil—, pero se fue ¡Con Regulus! ¡Y BELLATRIX! —chilla con más escándalo y de nuevo, en la neutralidad, no tiene mucho sentido. Harriet y Bellatrix no sé adoran mutuamente, mas no ha sido un problema de ningún tipo ¿Qué la preocupa ahora? —. Rompió su promesa conmigo para ir con los Black.

— ¿Eso es todo? —Remus quiere estar seguro. Harriet solo sigue como un desastre natural en apogeo. Remus ignora las grietas en los vidrios, las antorchas y velas con enormes flamas, correspondiente a las emociones burbujeantes y nerviosas de Harriet.

—No me habla en todo este tiempo, me dijo que solo pierdo el tiempo y básicamente que no lo entiendo porque él no tiene padres y yo sí, pero ¡Que tiene eso que ver! —reclama alterada. Remus mira un instante la antorcha de adelante y la apaga con un movimiento discreto de varita. Podría quemar sus libros—. ¡No le estoy restregando en la cara que tengo familia! ¡Quiero integrarlo! Quiero que no se sienta solo porque él está menos solo conmigo y pensé que lo hacía bien, pero-

— ¿Es tu novio?

La pregunta sale tan simple. Remus la conoce desde que nació y por más adolescente que sea, en sus crisis ligeramente empeoradas por el cerebro lleno de hormonas estúpidas, no cambia su esencia natural. Ella no se preocupa ni se pondría a llorar en un pasillo si fuese un amigo cualquiera. Quizá busque ayuda más rápido en lugar de esconderlo por semanas. Tom es distinto. Es especial y lo que echa leña al fuego es el regalo de Tom por el cumpleaños de Harriet.

Romeo, Juliet & Cinderella | TomrryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora