Act. XXX. Ways to be

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Cuando Lily llegó con una bandeja y un par de vasos con té frío, ya Tom se había limpiado la cara. Justo a tiempo para que no pareciera que estaban besándose, sino simplemente hablando del problema actual en el orfanato:

— ¿Te robaron dinero?

—Lo intentaron. Nagini las convenció de dármelo de regreso—ironiza Tom con una sonrisa despectiva y cruel. Harriet frunce las cejas y Tom coge el vaso—. Muchas gracias. —da un sorbo largo.

—No hay de qué... Harriet...—Lily le hace un gesto discreto, referido a la falta de sujetador. Harriet casi se ahoga, poniendo la mano en su mentón. Sacude la cabeza y Lily la ve mal—. Hay visita hoy. Póntelo.

—Se ve, mamá. No puedo. Daña el estilo.

—Harriet. —insiste y Tom finge que no oye.

—Es en casa y todos aquí me han visto sin sujetador ¿Qué importa? —Lily la toma del brazo para llevarla a otro lugar y seguir hablando del tema. Tom rueda los ojos.

No van a ir a ninguna parte e incluso así, no considera que sea la gran cosa. Es un corsé, las mantiene por sí solo. Nagini sube a la cama de Harriet y se hace de su tamaño en ella—. Esta cama huele fenomenal. Estoy segura de que te encantaría estar aquí subido en ella ahora mismo.

—Nagini, sin comentarios idiotas. Solo yo los oigo.

—Por eso es tan divertido.

Harriet regresa, sacudiendo la mano y Lily pasa de largo, notablemente disgustada.

—Entonces...

—Ignórala, desde que fuimos a casa de tía Petunia, está rara... Ay, tía Petunia, pasaron cosas tan estúpidas ahí—se lleva una mano a la cara y la baja arrastrando la piel—. Odio Privet drive. Es mi propia versión del orfanato.

—Vaya forma de compararlo.

Antes de poder iniciar a explicar la visita en general y el viaje que hizo con Sirius, Hermione y los demás llegan—. ¿Por qué él está aquí? —la pregunta de Ron viene con un resoplido de parte de Tom, quien lo ignora y va a sentarse en el sofá. Hermione y Ginny son las únicas niñas. A pesar de que Lily insistió en que invitara a sus demás compañeras de Gryffindor, Harriet se negó. No las quiere aquí. Puede escuchar sus reclamos por sus brazos, por su peso.

No las quiere cerca a menos que sea necesario. Además, Hermione es la única amiga que necesita, Ginny poco a poco se hace espacio en ese aspecto. Ron, Fred y George por otro lado, son los tres que considera amigos. Acabando en una mayoría de varones en la vivienda.

El regalo fue conjunto de parte de los Weasley. Fred y George hicieron más experimentos en casa. De parte de Ron, un campo portátil y así poder entrenar en casa -si tiene que aislarse de nuevo o llueve-; de parte de Ginny, tres puffle amarillo, blanco y negro. La gracia es que son mucho más pequeños que los normales.

—Todo una vida evitando comprarlo...

—Y llegaron a ella de todos modos—concluye Lily con una mano en la cara. James le tiene repelús. Una vez tuvo uno y lo aplastó porque el animal le estaba comiendo los mocos—. Bueno... al menos su cuarto y baúl se mantendrán limpios. —James asiente de acuerdo. Es un bonus.

—Son igual de esponjosos que tu cabello. —dice Ginny.

—Aunque lo tienen igual de bonito que el tuyo. Incluso tienen los ojos parecidos. Igual de tierno.

Sirius sonríe tenso ¿Por qué Ginny se sonroja? ¿Debería captar algo más de aquí?

El regalo de Hermione es, como de costumbre, el más acorde. Se trata de un enorme puñado de adornos para el cabello e incluso un manual para utilizar los diversos estilos posibles. James ya sabe cuál será la siguiente hiperfijación de su hija. Finalmente llegó Tom.

Romeo, Juliet & Cinderella | TomrryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora